Las consecuencias del proceso secesionista siguen teniendo un grave impacto en el tejido empresarial de la región que ayer se evidenció con la decisión del consejo de administración de Banco Sabadell que, en una sesión extraordinaria, acordó trasladar su sede social a Alicante. Caixabank podría seguir el mismo camino mañana y mudarse a Palma de Mallorca por el bien de sus clientes.