La próxima jubilación de doce policías municipales de la capital dejaría la plantilla en 48 efectivos, muy lejos de los cerca de 80 que serían necesarios para dar un buen servicio, según sus cálculos. Un grupo de agentes apoyados por el sindicato Csif han denunciado una situación que les obliga a trabajar muchas más horas de lo estipulado y que les dificulta la conciliación con la vida personal. Subrayan que podría pasar hasta un año y medio hasta que se incorporen los nuevos policías tras la convocatoria del próximo mes. El alcalde, Carlos Martínez, ha argumentado que diez de los agentes que ahora se jubilan ya están en segunda actividad, es decir, en oficinas, por lo que estas bajas no se van a notar en el servicio al ciudadano, que considera garantizado.