Rachida murió porque alguien la ahogó, bien con sus manos o con un objeto, durante al menos seis minutos seguidos. Previamente había recibido una paliza. Así de contundentes se han mostrado en la sesión del juicio de hoy las forenses encargadas del caso. El acusado, que ha declarado al final de la sesión, ha asegurado entre sollozos que él no la mató y que se la encontró tirada en el suelo.