«Vamos a empezar a trabajar en la 'film comission'"

Ana I. Pérez Marina
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El festival cumple dos décadas y para celebrarlo la programación incluye secciones nuevas y también un encuentro con localizadores audiovisuales para promover los rodajes en la provincia

El Certamen Internacional de Cortos Ciudad de Soria está de aniversario. Cumple veinte años. Y para la celebración dispone de una contundente y prolífica programación con más de un centenar de actividades que arrancarán este domingo 11 de noviembre y finalizarán el día 25 con la proyección del palmarés que se dará a conocer en la gala de clausura del día anterior. La concejala de Juventud del Ayuntamiento de Soria y vicepresidenta del Consejo Coordinador del festival, Inés Andrés, hace balance de estas dos décadas que han posicionado en un buen lugar a este evento soriano y también avanza que este año será el momento decisivo para activar una ‘film commission’ que facilite la llegada de rodajes a la provincia.

El Certamen Internacional de Cortos Ciudad de Soria cumple 20 años. ¿Cómo ha ido creciendo el festival en estas dos décadas?

El festival siempre ha tenido claro apostar por esa idea de que la cultura genera riqueza a nivel personal y social, incluso económica, y que no hay que hacer las cosas a cualquier precio, sino apostando por la calidad y el saber hacer. Esto ha estado desde el principio. Empezó sin unas pretensiones tan grandes como las que tiene ahora. Había que apoyar al cine y, especialmente, al cortometraje, que siempre parece el hermano pequeño de las películas largas, cuando realmente es por donde empiezan todos los grandes cineastas, incluso algunos acaban. La industria del cortometraje en España es potentísima.

El festival ha ido poco a poco caminando, creciendo hasta hacerse internacional, está en el punto de mira de muchos festivales y ya computa para los Premios Goya. Hay muchos embajadores del festival. No solo ha crecido en programación y en el número de cortos que se presentan, también en cuanto a la referencia nacional e internacional. Además, en estos años tan difíciles para la cultura ha sido un esfuerzo muy grande estar ahí y hemos resistido la embestida. Algo bien se estará haciendo.

Cuando se habla de esa repercusión nacional e internacional, ¿cómo se mide? Se dice que pone a Soria en el mapa. ¿Realmente es así?

La repercusión fuera de aquí la gente no la vive día a día, pero nosotros lo vemos porque cuando vamos a distintos festivales durante todo el año, que es una de las cuestiones importantes, vamos poniendo un pinceladita del nuestro. La gente sí que nos conoce, ve los carteles y los asocia al festival de Soria. 

Hemos crecido en número de países que participan, de cortos que se presentan y de invitados que quieren estar. De hecho, hemos tenido que acotar la recepción de cortos poniendo una inscripción, que nos da pena porque nuestra intención ha sido no poner cortapisas a nadie y conseguir que todo del mundo tenga una oportunidad, especialmente la gente novel, que España adolece de esto. La gente quiere participar y quiere estar, esa internacionalidad se ha conseguido, no solo la tenemos que ver pensando en si viene gente famosa o si es como el Festival de San Sebastián, sino la gente que viene aquí qué calidad tiene y cómo trabaja.

¿Cuál es el impacto económico y social que tiene en la ciudad de Soria?

La cuantía, una cifra, es complicada. En principio, sabemos que tenemos un presupuesto de 160.000 euros y gran parte se queda en establecimientos y lugares de la ciudad. Es verdad que cada vez son más las empresas y colectivos que se acercan, quieren participar y todos los años repiten. Obviamente, no tenemos la cantidad que invierten, pero es una señal que cada vez haya más empresas que quieran estar. Siempre tratamos, cuando salimos fuera, de tener esa publicidad de Soria, de sus establecimientos y de quienes colaboran con nosotros. Hacemos de embajadores y tiene su repercusión en la ciudad.

Traemos más de 60 invitados, algo en la ciudad dejarán. Además, doy fe de que salen enamorados de la gastronomía, de los paisajes y de todo el arte que tenemos. Durante esos días investigan por la ciudad y van dejando también su economía.

¿Qué es lo más costoso del festival?

Lo primero, el personal. Es un festival muy grande, que requiere de bastantes personas trabajando durante tiempo, el director está todo el año, el coordinador está prácticamente todo el año y hay una serie de personas contratadas que están bastantes meses. También es una apuesta por el empleo. 

Tenemos la grandísima suerte de que en los festivales se entablan amistades y mucho de lo que conseguimos traer de calidad no nos sale tan caro por esa voluntad de todos los amigos que vas haciendo. Otra fuente importante son los patrocinadores, ya sea económicamente o en especie, es mucho dinero el que se pone. 

En lo que más se va es en personal y en la programación como tal. El director, Javier Muñiz, hace un grandísimo trabajo y consigue todo convirtiendo a la gente en amiga y haciendo que todo sea más barato.

¿Hay algo que les gustaría incluir en la programación y no se puede ejecutar por falta de presupuesto?

Hasta ahora creo que no hemos dicho que no a nada por falta de presupuesto. Obviamente, con más dinero todo se puede hacer mejor, pero las cosas que tenemos, no nada que no tenemos y no hayamos podido hacer. Siempre nos hubiera gustado traer al director o al homenajeado invitados con más bombo o con otros cachés y no lo podemos hacer. Pero los hemos tenido maravillosos, que han venido casi de manera voluntaria. Es más que lo que tenemos podríamos hacerlo más a lo grande con más dinero, pero nunca nos hemos dejado nada en el tintero. Siempre nos hemos arriesgado bastante, habrán salido cosas mejor y peor.

¿En este presupuesto de 160.000 euros está incluida la Semana de Cine Soria en Buenos Aires?

No. Ahí tenemos un convenio, valorado por parte del Ayuntamiento en 3.000 euros, aunque luego, obviamente, en el país se consigue más financiación y estamos ahora en trámites para firmarlo. Este año hemos querido hacerlo un poco diferente. Otros años lo hacíamos gracias a la Casa de Soria en Argentina, pero esto año lo haremos fuera de la Casa de Soria y hemos intentado acercarnos a Uruguay, pero esta decisión ha sido en el último momento y no nos ha dado tiempo a llegar. Pero la intención es que estos pequeños brazos que tiene el festival vayan cambiando un poco por los países latinoamericanos, que sirva de nexo de unión entre diferentes países que tienen una apuesta por el cine potente. El cine hispanoamericano está subiendo ahora mismo, a pesar de los problemas que tienen en Argentina.

¿Y qué reporta, realmente, al festival haber estado siete años en Argentina y también a la ciudad?

Pues aporta la gente en la diáspora, porque parece una tontería pero tenemos muchos sorianos fuera que reclaman de su tierra. En la Casa de Soria en Argentina durante esos días tienen ese contacto con su tierra. Y luego para el festival es enorme porque se juntan sinergias, el certamen se va haciendo más grande, se va conociendo y surgen colaboraciones para otras ediciones que no te las esperas. Es publicidad, visualizar la ciudad y dar a conocer a nuestra gente y nuestras costumbres. 

Durante estas dos semanas tendrán lugar un centenar de actividades y se proyectarán 61 cortometrajes de 33 países. Para celebrar este vigésimo aniversario, ¿qué novedades se han incorporado al programa?

Este año tenemos una programación muy amplia. Entendimos que como son los veinte años, había que echar el resto, y muchos colectivos demandan nuestra presencia y quieren colaborar y participar, por lo que nos piden secciones paralelas, lo que hace que la programación sea más amplia. Es genial. Al final el festival llega a todos los puntos, nadie queda indiferente y sin ver algo que le interese. 

Este año hemos apostado por alguna sección nueva, como la de cine de terror, y también por dos temas: por la educación y, este año al tener como país invitado a Japón, tenemos ocho talleres maravillosos, que están prácticamente llenos en la inscripción y permite enseñar y arrastrar a la gente al festival; y luego hemos apostado en poner a Soria en el punto de mira no solo para proyectar cortos, no solo para que vengan a visitarnos, sino para que entiendan que Soria es una ciudad bella y se puede hacer mucho cine aquí. Desde la Diputación y el Ayuntamiento estamos colaborando para hacer una film commission, que en Castilla y León solo hay otras dos [Salamanca y Segovia] y la regional, con nosotros seríamos cuatro. Hace poco hubo una reunión de film commission, y la de Madrid y la española nos animó a que lo hiciéramos porque ellos tenían conocimiento de empresas, películas y directores interesados en esta zona. Estamos cerca de Madrid, entramos en su ámbito de trabajo y todos sabemos que es una provincia que ofrece muchos paisajes, mucha tranquilidad que es una ventaja. 

Hay un encuentro de localizadores para que la gente se acerque, contaremos con unos doce, y esto sumado al Kino Soria Rueda, que también busca que la ciudad se convierta en un plató, permite ir haciendo un tejido para descubrir posibilidades y que se fragüen. 

En cada festival se lanza esta idea de la film commission, pero ¿qué pasos se han dado?

Es verdad que parece que ha estado parado, pero realmente ha habido un trabajo detrás. Estábamos en la parte más difícil, tanto burocráticamente como de conseguir todos los contactos. Va a haber un convenio en la Diputación y el Ayuntamiento porque no entendemos que una film commission sea la ciudad y de la provincia, no, o a la inversa. La Diputación tiene una persona contratada que ha estado trabajando en una base de datos, en todos los trámites, ha ido a todos los encuentros... Es verdad que aún no ha dado grandes titulares porque no estaba formalizada. Creemos que a partir de este festival la film commission va a tener su identidad y vamos a empezar a trabajar. Ya tenemos noticia de gente interesada en rodar aquí, en Soria, se va moviendo más el cine y la apuesta por lo nacional.

¿Cuesta mantener la implicación social y de los voluntarios durante tantas ediciones?

Siempre se nos llena la boca con nacional e internacional, pero el festival es de Soria y para los sorianos. Una de las cosas que buscamos es la implicación de muchas maneras, porque el cine no es solo sentarte frente a una pantalla. Por ejemplo, en el Kino Soria Rueda se puede participar en un rodaje. Esa participación es básica y fundamental, creo que es una de las claves para que el certamen dure veinte años, la implicación de la gente de Soria y que lo sienten como algo suyo y necesario. 

A mí se me cae la baba con la implicación de la gente. Y con respecto a los voluntarios, no me cansaré de decirlo, es alucinante que a día de hoy, de manera desinteresada, haya gente que dé su tiempo y esfuerzo sin recibir nada a cambio. El tema del voluntariado cambia mucho cada año, porque hay gente joven que luego le van surgiendo oportunidades de otros tipos y cada año no pueden estar. Pero tenemos un grupo bastante estable, hemos creado como una pequeña familia en la que ya sabemos cómo trabajamos, lo que podemos aguantar y lo que no, y es maravilloso. El voluntariado salva muchísimas cosas del festival, no solo labores medianas. Tengo clarísimo que sin el voluntariado el festival no podría hacerse.