Añamiel Solidaria no es solo una empresa de apicultura, es una iniciativa familiar creada exclusivamente con fines sociales. Llevan  diez años produciendo miel y otros derivados de al apicultura para destinar los beneficios al impulso de una escuela en la zona rural de Sucumbíos en Ecuador, una zona limítrofe con Colombia asolada por las guerrillas y el narcotráfico.

De hecho, José Manuel Pascual y Mari Carmen Martínez, que se dedicaban al profesorado en La Rioja, se embarcaron en esta aventura en el pueblo natal de Manuel, sin haber trabajado nunca antes en este ámbito, con el objetivo de ayudar. Todo surgió a raíz del encuentro de José Manuel con Pedro Luis, un carmelita descalzo usuario de silla de ruedas, que le habló sobre su proyecto en Ecuador y sus dificultades. Decididos a echar una mano, la familia se embarcó en la apicultura, un terreno que ahora dominan gracias al continuo ensayo-error, un aprendizaje que ahora les permite incluso aconsejar a otras personas para gestionar mejor sus panales, con ideas que siempre tienen en cuenta el uso ecológico de los materiales.

Además, la familia no solo produce miel, también extraen propóleos, una sustancia con propiedades medicinales, e incluso fabrican cremas con esencias de plantas.

La forma de comercialización es mediante la ayuda de una red de conocidos, todos implicados en la causa de forma desinteresada.