Identificadas un millar de piezas expoliadas en Tiermes

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Estaban almacenadas en el Museo de Ávila pero nunca las habían estudiado. El caso ha salido a la luz gracias a una operación de la Guardia Civil de Ávila. El presunto expoliador realizaba estudios sin autorización y luego donaba parte de las piezas

Identificadas un millar de piezas expoliadas en Tiermes

La Guardia Civil de Ávila, en colaboración con el Servicio Territorial de Cultura y Turismo de la Junta en Ávila, ha conseguido identificar «más de un millar de piezas arqueológicas que previsiblemente fueron expoliadas en yacimientos sorianos, posiblemente en el yacimiento de Tiermes, entre los años ochenta y noventa del siglo pasado», según confirman desde la Delegación del Gobierno en Castilla y León. 

Las piezas se localizaban en el Museo de Ávila, donde fueron donadas hace ya años por el presunto expoliador, un aficionado a la arqueología que extrajo previsiblemente las piezas en excavaciones sin autorización realizadas en los años 80 y 90 y que llegó a publicar sus ‘descubrimientos’ en revistas especializadas como si fueran «hallazgos casuales». 

Almacenadas en el museo, no estaban expuestas y tampoco habían sido nunca estudiadas hasta la fecha, por lo que hasta ahora se desconocía el posible origen ilícito de las mismas, así como su procedencia. 

Su hallazgo e identificación ha sido posible a raíz de una investigación de la Guardia Civil de Ávila iniciada en 2017 y en la que ha sido «fundamental» la colaboración del Servicio de Cultural abulense, que es quien dio la voz de alerta. Inicialmente se recuperaron 257 piezas en un ayuntamiento de la provincia de Ávila procedentes de yacimientos del Valle del Tiétar. La investigación condujo después al Museo de Ávila donde la misma persona habría cedido otras piezas. Se han llegado a estudiar 8.000 restos, entre los que se encontraría el millar que podría proceder de yacimientos sorianos. El resto son de yacimientos de Ávila y de Guadalajara, indican fuentes de la Delegación del Gobierno de Castilla y León. 

operación fíbula. El descubrimiento se enmarca en la operación Fíbula que explotó hace unos días en Ávila y que presentó la propia delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones. «La operación se inició durante el mes de abril de 2017, cuando el Servicio Territorial de Turismo y Cultura de la Junta de Castilla y León en Ávila entregó al Seprona de la Guardia Civil un dossier explicativo con las entonces presuntas actividades de una persona que podría haberse dedicado sistemáticamente a expoliar yacimientos durante los años ochenta, noventa y dos mil», informó la Guardia Civil durante la presentación de la operación. 

«El Seprona estudió detalladamente el dossier e inició las correspondientes diligencias penales por un presunto delito continuado contra la ordenación del territorio y el urbanismo y la protección del patrimonio histórico y el medio ambiente». Las diligencias fueron entregadas a la autoridad judicial. 

El primer problema con el que se encontraron los investigadores era que «el tipo delictivo había prescrito», dado que este tipo de hechos prescriben a partir de los diez años y se estima que los expolios se produjeron principalmente hace más de dos décadas. No obstante, «se consideró que las piezas expoliadas tenían la consideración de Bienes de Dominio Público, por lo que, a pesar de las dificultades operativas, la Guardia Civil decidió continuar con las diligencias con el fin de recuperar las piezas».

«Después de muchos meses de indagaciones», se localizó un sello medieval que se cree puede datar a mediados del siglo XV y que habría sido expoliado en yacimientos de Ávila. Estaba en poder de la persona sobre la que se centró la investigación. «La Guardia Civil considera que esta persona se habría apropiado del sello medieval en unas obras ubicadas junto a una ermita abulense», especificaron en su día los agentes en rueda de prensa.

Las investigaciones condujeron a un ayuntamiento de la provincia de Ávila donde fueron incautadas 256 piezas arqueológicas que se encontraban en esta Casa Consistorial desde hacía 18 años. En aquel momento, el supuesto expoliador las donó a este ayuntamiento sin que el Museo de Ávila tuviese constancia de los hechos. Precisamente todas estas piezas van a quedar depositadas en el museo abulense. 

El Ayuntamiento exponía en una vitrina algunas de estas piezas mientras que otras ni siquiera eran guardadas en el Consistorio.

más de 8.000 piezas. A raíz de estos hallazgos y en el marco de esta operación, las investigaciones llevaron después a estudiar «más de 8.000 piezas expoliadas entre los años ochenta y noventa del siglo pasado» que «habían sido entregadas hace años por el propio expoliador al Museo de Ávila del Servicio Territorial de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, si bien no estaban expuestas ni habían sido estudiadas ni catalogadas hasta que se inició esta operación de la Guardia Civil». Se localizaban en los almacenes del museo, «por lo que se desconocía su origen y valor», insisten. 

valor «excepcional». Estas 8.000 piezas «han sido estudiadas por el arqueólogo del Museo de Ávila», quien ha constatado que «tienen un alto valor histórico». «El propio arqueólogo ha calificado alguna de ellas como excepcional», concretaron estas fuentes. Aunque es complicado atribuirles un valor económico, éste podría superar los 300.000 euros en el mercado, si bien su valor arqueológico es incalculable. Este estudio se hará extensivo ahora a las 257 nuevas piezas recuperadas.

Este primer análisis desveló también la posible procedencia de las piezas y «se cree que proceden de diversos yacimientos arqueológicos de Ávila, Soria y de Guadalajara». Las de Soria, concretamente, del yacimiento de Tiermes, apuntan desde Delegación del Gobierno. No obstante, matizan, resta todavía un «análisis en profundidad» para aclarar la procedencia y condiciones en las que fueron expoliadas. 

La operación es fruto, en origen, de la colaboración del Servicio Territorial de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León y «una vez más se ha demostrado que el trabajo coordinado entre las distintas administraciones acaba dando sus frutos», destacó la delegada del Gobierno durante la presentación de la operación a los medios. 

modus operandi. El modus operandi del expoliador consistía en realizar un estudio de zonas arqueológicas con búsqueda de bienes arqueológicos sin autorización previa [cabe recordar que la competencia para autorizar excavaciones y prospecciones arqueológicas corresponde en todo caso a la Junta]. Para estas investigaciones utilizaba en ocasiones detectores de metales y, cuando localizaba alguna pieza, excavaba para extraerla, lo que provocó daños irreparables en muchos yacimientos en los que actuó. 

Ese estudio lo publicaba en varias revistas con la intención de dar a conocer sus nuevos descubrimientos como hallazgos casuales. De esta manera conseguía fama como experto en la zona y en la materia, llegando a acumular cantidad de restos, según informan desde la Delegación del Gobierno en Castilla y León. La Guardia Civil sospecha que llegó a acumular un gran número de piezas. 

Según publicó Diario de Ávila, se trata de una persona que «tiene su residencia en un pueblo del Valle del Tiétar» y es un «aficionado a la arqueología, aunque no dispone de titulación». 

El jefe del Servicio Territorial de Cultura y Turismo de Soria, Carlos de la Casa, desconocía esta semana el valor de lo localizado, si bien tan pronto como este medio le informó de los hechos se puso a trabajar en el asunto. Sí tenía constancia no obstante de que Tiermes ha sido objeto de los furtivos en varias ocasiones,  «fundamentalmente en la necrópolis de Carratiermes». Recordaba perfectamente el daño provocado por los expolios «en los años 80 y, también, en algunos años de los 90».