Bienestar animal: por una leche de calidad

SPC
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Joaquín Lorenzo, director de Compras Agro de Calidad Pascual, sostiene que las cuatro áreas imprescindibles para una apropiada atención del ganado vacuno pasan por controlar su alimentación, el alojamiento, su estado de salud y comportamie

En los últimos años hemos visto cómo aumenta la concienciación de la sociedad y de las empresas sobre la producción y el consumo responsable. ¿Cómo se está materializando esta transformación en la industria alimentaria?

La sociedad está cada vez más interesada en conocer tanto las cualidades nutricionales y los aspectos relacionados con la seguridad de los alimentos, como de dónde provienen y cómo se producen. Las empresas deben adaptarse a esta nueva realidad y ofrecer más información al nuevo perfil de consumidor que ahora quiere saber la historia que hay detrás del alimento que consume. Se trata de un gran reto en un entorno cada vez más transparente. 

 

Primero se impulsó el comercio justo, después se buscó no perjudicar el medio ambiente y ahora el foco está puesto en el bienestar animal. ¿Qué mínimos son necesarios para garantizar que los animales están bien cuidados?

Las cuatro áreas a tener en cuenta en el cuidado del animal son la alimentación, el alojamiento, la salud y el comportamiento apropiado del ganado vacuno. Es decir, las ganaderías tienen que tener unas instalaciones adecuadas para el alojamiento del ganado: para el descanso y la protección frente a las inclemencias del tiempo, bebederos suficientes y un acceso a la comida adecuado. Asimismo, tienen que cumplir unos requisitos de higiene y hay que procurar que estén en unas condiciones de salud adecuadas, con protocolos de control y prevención de enfermedades, y bajo supervisión veterinaria. Por último, tienen que permitir un comportamiento normal de los animales y una interrelación correcta con el personal de la granja.

 

¿Qué papel juegan las nuevas tecnologías en el cuidado de los animales y su seguimiento? 

La innovación tecnológica, el Big Data y los avances en inteligencia artificial abren la senda al nuevo concepto denominado «ganadería de precisión», que pretende incrementar la eficiencia y la calidad de la producción. La mayor parte de las ganaderías ya han alcanzado un alto nivel de automatización y uno de los automatismos que antes se ha incorporado han sido los sensores de identificación y de actividad de los animales. La tecnología actual les permite mejorar sus condiciones de vida y contar en su granja con «vacas felices».

 

¿Cómo se utilizan estos wearables y qué información recogen?

El mecanismo de actuación es similar a los sistemas utilizados por las personas, lo que varía es el software y, por lo tanto, la información que aporta es más compleja. Estos sensores proporcionan al ganadero información en tiempo real sobre el ordeño, la actividad del animal y su confort, posibles enfermedades, celos, etc. y a partir de esta información pueden actuar.

¿Impactan en la calidad del producto estas nuevas consideraciones con el animal? 

Las principales propiedades de la leche dependen fundamentalmente de cómo se trate desde su origen. Una leche obtenida mediante un proceso cuidado y controlando todos los parámetros que pueden afectarla es crítico para obtener una leche de alta calidad. Por otra parte, la alimentación y el descanso son imprescindibles para una buena salud del ganado vacuno la cual repercute directamente en la calidad del producto. El resultado es una leche de sabor superior.

 

¿Cómo puede un consumidor comprobar las condiciones en las que están los animales de los que proviene la leche que compra? 

Mediante un certificado. Pascual es el único gran fabricante con todas sus granjas certificadas con el sello de Bienestar Animal AENOR Conform, la única que está operando actualmente en España que puede garantizar los requisitos establecidos en Welfare Quality, el estándar europeo para las evaluaciones en granja, garantizando una auditoría exhaustiva en todas las fases de producción y la máxima información y transparencia al consumidor.

Nosotros hemos situado la política activa de bienestar animal como uno de nuestros pilares estratégicos, al considerarlo indispensable para completar una oferta diferencial en toda la cadena láctea de valor. El bienestar animal cierra el círculo de la cualificación industrial del sector, ya que puede ser un factor clave para diferenciarse. 

¿Cómo repercute en el precio una producción responsable?

Una producción responsable mejora la eficiencia de la ganadería a todos los niveles, y lo que a corto plazo puede suponer un sobrecoste, a medio y largo plazo mejora la competitividad de la granja, siendo más sostenible y asegurando el futuro de la misma. Ese sobrecoste inicial lo asume el ganadero en forma de inversión, porque obtendrá un retorno a medio plazo que repercutirá en su ganadería. Hay que tener en cuenta que para la mayoría de los ganaderos, sus vacas son parte de su familia, pasan con ellas los 365 días al año, cuidándolas y alimentándolas lo mejor posible.