La segunda vida del plástico

BENJAMÍN LÓPEZ (SPC)
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La falta de concienciación sobre reciclaje hace que más de 300 millones de toneladas de productos derivados del petróleo estén 'ahogando' poco a poco a los océanos

Una tonelada de plástico reciclado puede ahorrar cinco barriles de petróleo que, a su vez, equivalen a 1,6 toneladas menos de emisiones de CO2 a la atmósfera y a un 90 por ciento menos de gasto energético, si lo comparamos con la producción de esa misma cantidad de plástico virgen u original. Estos son los datos que maneja la industria del reciclaje en un momento en el que la opinión pública vive enormemente sensibilizada con un problema que, más allá de las opiniones, tiene unas dimensiones gigantescas. 

Para hacerse una idea de lo que está ocurriendo basta con ofrecer algunas cifras: se calcula que desde 1950 hasta la fecha se han producido 6.300 millones de toneladas de residuos derivados del petróleo. De esa cantidad, solo el nueve por ciento se recicla, el 12 por ciento se utiliza para producir energía y el 79 por ciento restante termina en la naturaleza, la mayor parte en el mar. Ahí van a parar cada año entre ocho y 12 millones de toneladas de desechos plásticos, según afirma Naciones Unidas y se estima que ya hay 300 millones de toneladas de este tipo de basura en nuestros mares. La Fundación Ellen Macarthur pronostica que en 2025 habrá una tonelada de plástico en el mar por cada tres toneladas de pescado y, si continua la tendencia actual, a mitad de siglo habrá ya más que peces.

A pesar de ello, en las últimas fechas se han observado movimientos encaminados a limitar la utilización de estos productos materiales de un solo uso. Así, la Comisión de Medio Ambiente del Congreso acordó recientemente emprender las modificaciones legislativas necesarias para prohibir, a partir del 1 de enero de 2020, la comercialización, importación y exportación de utensilios de plástico de usar y tirar como platos, vasos, cubiertos o pajitas, entre otros utensilios.