Luces y sombras, quizás más lo segundo que lo primero, en este Numancia que acaba el año, que no la primera vuelta, sin haber ganado aún fuera de casa en lo que va de temporada. Discreto balance al no ser tampoco un equipo inexpugnable en Los Pajaritos, y más si se tiene en cuenta que dentro de este año natural, allá por el mes de junio, el equipo logró su mayor éxito en las últimas diez temporadas al meterse en la final de la promoción. Le está costando encontrar regularidad al proyecto de López Garai, muy diferente a lo que se había visto hasta ahora. Su apuesta por la posesión no se está traduciendo en efectividad, lastrado el rendimiento además por fallos defensivos puntuales pero muy dañinos.  Mucho que mejorar en la segunda parte de la competición en la que, de momento, habrá que mirar hacia abajo para tratar de distanciar lo antes posible un descenso que ahora está en unos no alarmantes pero sí preocupantes cinco puntos.