Queda poco más de tres semanas para que concluya su mandato al frente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) -el 4 de diciembre-, pero el final del mandato de Carlos Lesmes al frente del máximo organismo de la Justicia española va a ser, sin duda, convulso, después de la controversia generada a su alrededor por la resolución tomada la semana pasada por el Tribunal Supremo (TS), que también él preside, sobre el impuesto de las hipotecas. Una decisión que, además, fue revocada días después por el Ejecutivo de Pedro Sánchez con un decreto ley y que pone aún más en entredicho la sentencia, que se aprobó con un ajustado 15 a 13.

Aunque puede ampliarse de nuevo, hoy concluye en el Congreso de los Diputados el plazo para presentar candidatos para renovar el CGPJ y desde hace semanas negocian las listas la ministra de Justicia, Dolores Delgado, y su antecesor en el cargo, el popular Rafael Catalá.

Formalmente, serán los nuevos 20 vocales del órgano de gobierno de los jueces los que elijan a su presidente, pero el nombre de esta figura no es ajeno al pacto parlamentario y es ahora uno de los puntos en los que todavía no hay acuerdo entre el PSOE y el PP.

Si bien fuentes de la formación conservadora han dejado ya entrever que su preferido es Manuel Marchena, jefe de la Sala de lo Penal del TS, la Corte que debe juzgar próximamente el proceso soberanista de Cataluña, el propio Catalá ha querido desechar nombres y este fin de semana señaló que Marchena «no es su candidato», aunque tampoco descartó ese nombre para el cargo.