Cristiano amarga el debut de España

SPC
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Tres goles de la estrella de Portugal frustran el ejercicio de buen juego, carácter y determinación de la selección, que resurgió hasta dos veces

La selección española empató ayer en su estreno en el Mundial ante la vigente campeona de Europa, Portugal (3-3), a la que remontó con un gran fútbol que casi le da una merecida victoria. Pero apareció Cristiano Ronaldo, que firmó un ‘hat-trick’, para impedirlo.

Al cuadro de Fernando Hierro no le asustó de principio ni el 1-0 en contra en el minuto dos, en un penalti de Nacho sobre ‘CR7’, que él mismo transformó, ni la puesta en escena trepidante de los lusos, lanzados al contragolpe. Del mal rato surgió la ‘Roja’ controlando la pelota, mejorable quizá en la profundidad por momentos, pero presumiendo del juego que le ha dirigido a tantos y tantos éxitos en tiempos no tan pasados. En esas apareció Diego Costa, tan discutido, con una jugada de gol que representa milímetro a milímetro al atacante colchonero: un balón largo, de esos que tanto le gustan, al choque con Pepe, le dio la posesión; se revolvió ante un par de defensas, para un lado, para el otro, encontró el hueco, disparó y empató (1-1).

Era el minuto 24 dentro de un partido que ya sí era de España, por ritmo, por juego, por ocasiones. Apagado entonces Cristiano y, por extensión, el ataque de Portugal, la selección nacional disfrutó con una versión muy reconocible, con un trallazo de Isco al larguero -botó después en la línea-, con remates de Jordi Alba e Iniesta...Todo apuntaba al 1-2 para el combinado patrio al borde del descanso. Y, sin embargo, fue todo lo contrario, indiscutiblemente más por demérito de De Gea, incapaz de agarrar un balón fácil, raso, a sus manos, mal puestas y directas a su propia portería, que por mérito de ‘CR7’, que encontró un gol en un tiro del que nunca intuyó tal recompensa. Otro palo para España, camino del vestuario de nuevo incrédulo ante un tanto inimaginable en un guardameta de tal nivel. No fue el único error del madrileño, que se borró desde esa diana. Cada acción de la segunda mitad mostró su nerviosismo. Estaba físicamente, pero nada más. Peligroso para las aspiraciones de su equipo si no se recupera. Asimismo, el segundo tanto luso fue otra prueba de fortaleza mental para la ‘Roja’, de la que resurgió de nuevo, primero con el 2-2, otra vez de Diego Costa, atento para remachar a la red un toque de cabeza de Sergio Busquets en una acción a balón parado botada por David Silva, y después, sin apenas pausa, con el 2-3, un golazo imparable de volea de Nacho. La reacción del equipo, que puso bajo su control el partido un rato, con la certeza que le aporta siempre la posesión de la pelota, demostró que se puede confiar en esta España, a pesar de todo. Una certeza que no cambia ni siquiera con el gol del empate. Otra diana de Cristiano. De falta. Para poner unas tablas que Portugal no mereció.