El agujero azulgrana

Diego Izco
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El Barcelona se desangra en defensa... y solo los tropiezos del Real Madrid consuelan a un equipo nervioso y desconocido

Ernesto Valverde llegó al Barcelona con una única indicación en su libreta: «Teniendo lo que tengo arriba, trabajemos lo de abajo». Con Ter Stegen obrando milagros, Piqué y Umtiti asentados, Alba y Sergi Roberto (o Semedo, que arrancó como un tiro la 17/18) y Rakitic y Busquets guardando la posición, el Barça fue algo impenetrable: encajó apenas nueve goles en toda la primera vuelta. Ahora, en la sexta jornada de la 18/19, no solo ya ha sufrido su primera derrota (algo que llegó en la jornada 37 el pasado ejercicio), sino que el equipo se desangra en la retaguardia: ha recibido siete goles y ha permitido muchos más disparos de los ‘aceptables’ para un equipo que tanto trabajó el aspecto defensivo el pasado año... y mantiene al mismo bloque. 

Solo los tropiezos del Real Madrid (el 3-0 de Sevilla solapó el 2-1 de Leganés) consuelan a un aficionado azulgrana que no sabe a qué atenerse. Ocho han sido los duelos oficiales, los seis de Liga más el de Supercopa y más la primera jornada de Champions, y únicamente en dos de ellos (3-0 ante Alavés y 8-2 ante Huesca) ha habido clara superioridad culé. Ni siquiera el 4-0 ante el PSV convenció al hincha más crítico: con el 1-0, antes del golazo de Dembelé, los holandeses tuvieron tres ocasiones claras. 

Y ahí radica la preocupación: en la excesiva cantidad de oportunidades concedidas. El Sevilla disparó seis veces a puerta; el Valladolid, cuatro (incluido un gol que no subió al marcador por un fuera de juego existente, pero milimétrico); la Real Sociedad, cinco (tres mano a mano salvados por Ter Stegen); y Girona y Leganés pusieron a prueba al alemán en seis ocasiones por cabeza. Demasiadas ocasiones concedidas, aunque la estadística oficial diga que el Barça es el equipo de la Liga que menos remates recibe (42 frente a los 61 de Real Madrid o los 67 del Atlético). Sin embargo, Ter Stegen es el noveno portero de la Liga que más paradas hace... ¿Entonces? La importancia radica en «desde dónde» recibe el Barça estos remates: demasiado cercanos, fruto de las imprecisiones en ese ‘agujero negro’ defensivo.