La derrota ante Unicaja, paradójicamente, parece que resultó balsámica para el Río Duero. No ganó, ni siquiera puntuó, pero lograr la continuidad en el juego, algo de lo que se ha adolecido hasta ahora, se antoja como la clave para mostrando la misma intensidad sumar más victorias. El momento de refrendarlo será otra vez en Los Pajaritos ante el Barça, un rival que puede considerarse de un nivel semejante. Al final, los puntos es lo que cuenta y sin ellos la mejora de imagen se queda sin nada. Y la realidad es que el equipo soriano es antepenúltimo con tan sólo una victoria en seis partidos disputados.