La recolección de la trufa comienza en el mes de noviembre. Sin embargo, es en estos primeros días primaverales cuando los viveros llevan a cabo un proceso fundamental para favorecer la producción de este diamante negro. La micorrización es una técnica que consiste en infectar las raíces que empiezan a germinar de una semilla con unas esporas obtenidas de la propia trufa.Para que el desarrollo del hongo sea óptimo, hay que evitar que el injerto este contaminado con más de un tipo de trufa y mantener la humedad en periodos de sequía. Además, este proceso se debe potenciar con diversos sustratos que sirven para alimentar a la raíz y activar la producción.La producción de la trufa es un proceso lento, que requiere de cuantiosos cuidados para mantener un equilibrio que permita que los hongos no acaben con la planta. A los cinco años empieza a dar las primeras trufas y a los ocho alcanza su máxima producción. La encina y el quejigo son los dos árboles más utilizados como productores.