Los técnicos del departamento de Cultura de la Diptuación explicaron, cada 45 minutos en pequeños grupos, el valor pictórico que tiene este conjunto que se atribuye al soriano Juan Zapata Ferrer.

La Diputación de Soria invirtió más de 90.000 euros en la restauración de las pinturas murales de este espacio, hasta el momento muy poco conocido. La obra mural se podría datar a principios del siglo XVIII por el mismo autor de las pinturas de San Saturio. El camarín de la Virgen de la Meced fue construido adosado a lo que fue la cabecera de la iglesia del antiguo convento de los padres Mercedarios. Uno de sus comendadores generales fue Tirso de Molina. El tema iconográfico principal de la obra pictórica está dedicado a la vida de la Virgen, la Reina de los Cielos. Según describe el camarín Joaquina Gutiérrez Peña en la Revista De Soria, junto al ciclo mariano, el pintor no ignora las referencias emblemáticas a la Orden de la Merced creando en ” este espacio espiritual todo un mundo de fantasía e ilusión por medio de arquitecturas fingidas y trampantojos”.

El recinto es de reducidas dimensiones y el espacio se corona con una bóveda, apoyada sobre pechinas. El tema iconográfico principal de las pinturas está dedicado a la vida de la Virgen. Juan Zapata refleja en el camarín de Nuestra Señora de la Merced, temas como la Anunciación, la Adoracion de los Reyes y pastores o la asunción d junto a las Virtudes de la Madre de Dios como la fortaleza, la justicia, la prudencia y la templanza

Además de las pinturas murales de San Saturio y el camarín de Nuestra Señora de la Merced, a Juan Zapata se le atribuyen otras obras como el retablo mayor de Mazaterón, o el de retablo mayor de la ermita de la Bienvenida en Monteagudo de las Vicarías. En la obra de este artista soriano se evidencia un gran conocimiento de la historia de la pintura, bien a través de estampas y grabados, bien por la visión directa de obras importantes en lugares como El Escorial o el desaparecido Palacio del Buen retiro.

En las pinturas no se ignoran las referencias emblemáticas a la Orden de la Merced, destacando la íntima relación y el papel de mecenazgo de la Orden con la figura de la madre de Cristo. El Camarín refleja todo un mundo de fantasía e ilusión por medio de arquitecturas fingidas y trampantojos, uniendo el mundo espiritual con el terrenal.