Cuenta atrás para la campaña micológica

Redacción
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La campaña micológica podría arrancar en 15 días con buenas condiciones en Soria, Burgos, Zamora y Salamanca. Los expertos son moderadamente optimistas con la previsión de producción

Imagen de archivo buscadora de setas

El norte de Soria y Burgos, el noroeste de Zamora y algunas zonas puntuales de Salamanca presentan mejores condiciones hídricas que el resto de zonas de Castilla y León para que dentro de un plazo de 15 o 20 días inauguren la campaña micológica otoñal, la más importante por la calidad y variedad de las setas comestibles que se recolectan.

El director de investigación del Centro de Tecnología Agroalimentaria de Zaragoza, Fernando Martínez Peña, subrayó a Ical que en la mayoría de los suelos forestales de Castilla y León todavía no se dan las condiciones de humedad en capa superficial como para desencadenar fructificaciones generalizadas. No obstante, la tormentas registradas en los últimos días, que tuvieron una distribución irregular en Castilla y León con acumulaciones de hasta 20-40 litros en las provincias citadas, principalmente, podrían ayudar a que esta situación se revierta.

La previsión de Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) apunta a que se se esperan nuevas tormentas para los próximos días en Castilla y León, por lo que en “dichas zonas puntuales, con acumulaciones de lluvia superiores a los 20-40 litros, es previsible que puedan comenzar a generarse primordios de especies más tempranas como boletus edulis, que tardarían entre 10 y 15 días en desarrollarse, siempre que las condiciones meteorológicas continúen favorables y no desequen el suelo”, apostilló.

Los micólogos son moderadamente optimistas con la campaña micológica 2018-2019, ya que si bien es cierto que las condiciones de humedad registradas en primavera y verano han favorecido el desarrollo de micelios y micorrizas de hongos silvestres comestibles en el suelo forestal, se deben dar varias condiciones para disfrutar de las bondades del bosque: precipitaciones abundantes en septiembre y octubre, temperaturas suaves y que no se registren heladas tempranas.

Fernando Martínez Peña señaló a Ical que las especies arbóreas y arbustivas asociadas a estos hongos no sufrieron situaciones de sequía excesiva este año, por lo que la disponibilidad general de carbohidratos para el desarrollo futuro de carpóforos de hongos silvestres puede ser más alta de lo normal este otoño.

“En agosto se ha producido con carácter general cierta sequía en capa superficial del suelo forestal necesaria para provocar posteriormente, con la llegada de las lluvias de otoño, el contraste hídrico necesario para desencadenar la fructificación de setas. Esta situación favorable es un dato esperanzador de cara a la campaña micológica de este año pero deben cumplirse las premisas anteriormente citadas”, razonó.

El investigador reiteró que el verano ha sido más húmedo de lo normal, y apuntó a que según los modelos, el 60 por ciento de la variabilidad de la producción lo explican las variables meteorológicas y el otro 40 por ciento se debe a otros factores ecológicos como las condiciones fisiológicas de los árboles y los microorganismos del suelo, entre otros.

Por último, apostilló a que las precipitaciones en septiembre, especialmente a partir de la segunda quincena, son las más relevantes y después es importante que las lluvias mantengan la humedad del suelo elevada durante el otoño, así como que las temperaturas máximas sean suaves y las heladas tarden en llegar para contar con una campaña micológica con buena producción en la región.

La producción potencial de hongos silvestres comestibles en los bosques de Castilla y León supera las 30.000 toneladas en una buena campaña a lo largo de todo el año. No obstante, la cantidad recolectada tanto para autoconsumo como para comercialización es muy inferior, estimándose en unas 4.000 toneladas. Las especies más conocidas comercialmente en esta época son el boletus edulis, el níscalo, la seta de cardo y la tan codiciada amanita caesarea.