"¡Devuélveme el móvil!" le gritaba una joven a su novio en medio del pasillo del instituto Antonio Machado. Todo era una interpretación, un microteatro con el que un grupo de jóvenes coordinados por la responsable de igualdad del instituto Antonio Machado, Inés Soria, trataban de concienciar a sus compañeros sobre la toxicidad de algunos comportamientos que los adolescentes han naturalizado en el curso de sus relaciones de pareja. 

A lo largo de esta semana los alumnos han decorado el instituto con carteles y mensajes para concienciar contra la violencia de género y aprender a detectar sus propios comportamientos tóxicos para ponerles solución. Porque según Inés Soria, si existe una clave para poder llegar a erradicar la violencia de género, esa es la educación, desde las edades más tempranas, desde las familias, desde los centros escolares y, en definitiva, con la colaboración de todo el conjunto de la sociedad.