Cápsulas de café que cobran vida en un exclusivo Belén

Nuria Zaragoza
-

Peña Melús, técnico de Radiología en La Milagrosa, ha confeccionado con material reciclado un Nacimiento con más de 100 personajes y 40 animales que expone en el centro de salud soriano

Cápsaulas de café que cobran vida en un exclusivo Belén - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez.

Cuando llegaba la Navidad, su madre «ponía el niño Jesús en una parra». Para una amante de los Nacimientos como es Peña Melús, ese adorno se quedaba demasiado escaso, así que tenía claro que, cuando tuviera su casa propia, instalaría «un gran Belén en el que no faltaría detalle». 

Unos cuantos años después, su sueño se ha cumplido con creces. Porque ahora su Belén tiene más de un centenar de piezas elaboradas por ella misma con material reciclado. Y porque ahora su Belén no solo se ve por los de casa, sino que lo visitan decenas de personas cada Navidad. Además, su Belén consigue poner una nota de ilusión y de esperanza en un lugar al que generalmente se acude cuando uno no se encuentra muy bien. Lo instala cada Navidad en el centro de salud de La Milagrosa, en el área de Radiología, donde Peña Melús trabaja como técnico de rayos. 

material reciclado. Todo el Belén es obra de esta amante de los Nacimientos. Ella se encarga de montarlo pero, también, de elaborar cada una de las piezas que dan sentido al montaje. Las hace de forma totalmente artesanal con material reciclado, básicamente con cápsulas de café de aluminio. Se las dan amigos y compañeros, y su padre le ayuda a limpiarlas. Luego ella se encarga de moldearlas, una por una, de forma totalmente manual. Cuerpo, brazos, piernas y algunos detalles se hacen con este material, que luego completa con una bolita de forespan pintada que hace las veces de cabeza. Hilos y lanas se convierten en el pelo de los «moños», como llama a sus figuras, y luego se complementan con adornos mil según la figura que representen. 

Cápsaulas de café que cobran vida en un exclusivo BelénCápsaulas de café que cobran vida en un exclusivo Belén - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez.Este proyecto empezó «con la Virgen, SanJosé, el niño Jesús, los Reyes y el cagón», que «no podía faltar» como «buena maña» que es. Eso fue hace seis años y, en este tiempo, su familia de muñecos ha ido creciendo de forma considerable. El mostrador de Radiología se ha quedado ya pequeño, así que le han instalado dos mesas a la salida del ascensor de Rayos donde coloca «en torno al centenar de figuras y 40-50 animales» que posee, todos elaborados con cápsulas de café de diferentes colores. 

los soldados de herodes, la novedad. Cada año incorpora una parte nueva, y este año ha sido el turno de «los soldados del castillo de Herodes y las tenderas». 

Los soldados están postrados en un alto. Y, abajo, el pueblo, con todos sus oficios y personajes que van a adorar al niño. Las casitas las ha ido «adaptando» de «lo tenía en casa» y otras las ha comprado y pintado ella misma. Está el molino que rueda, la fuente, donde fluye el agua, las luces, la ropa tendida, el fuego... y todos los personajes típicos de un Belén (pastores, pajes, soldados, pescadores...), a los que suma otros propios imaginados por ella misma (como los que esperan hambrientos que se ase un cochinillo). 

lo más difícil, los animales. «Cada moño es distinto al otro» porque «no me salen dos igual», advierte la autora. Lo que más complicado le ha resultado hacer son, «sin duda, los animales». «Los muñecos, cuando tienes uno, es como si tuvieras el molde. Luego los demás te salen seguidos. Pero los animales son todos diferentes. Perros, gatos... tienes que imaginártelos y hacerlos» explica. Cada uno es un reto. El último se lo puso un compañero, que le instó a hacer los camellos. Le costó, pero «al final salieron».

Lo instala cada año en Radiología de La Milagrosa, donde trabaja desde hace once años. Porque Peña es natural de Calatayud pero lleva 28 años viviendo en Soria, 17 estuvo en la residencia y suma otros once en el centro de salud, donde ejerce como técnico de Rayos. «En mi casa lo disfrutábamos mis padres y yo. Pensé que aquí la gente lo vería más y lo podría disfrutar más», justifica. Hay gente que incluso va de propio para ver el Belén de Peña y, si se retrasa en las fechas, incluso le ponen falta. Agradece el cariño que le da la gente y asegura que lo hace «por ilusión», porque le «encanta», aunque no puede evitar lamentar también que «la gente lo toque y lo destroce todo». «Me sabe muy malo», admite. De hecho, ha tenido que pegar algunas piezas para evitar que se las roben. Y, aún así, nota ya algunas ausencias. 

«Es un entretenimiento, reciclo las cápsulas y me lo paso muy bien en mi tiempo libre haciendo todo esto», explica. De hecho, además del Belén ha puesto un pino en el Servicio de Radiología con adornos hechos también con cápsulas de café y hace encargos el resto del año para comuniones, para San Juan... incluso en Semana Santa instala una pequeña muestra del domingo, con «todos los capuchones». «Me hace ilusión que la gente venga a verlo, porque en Soria no hay concurso de Belenes y esto es un aliciente», sentencia.