Alberto López y David Santiago han diseñado un menú que conjuga dos de los sabores más preciados de la gastronomía castellana. Los comensales degustarán un plato de jamón, una tosta de mantequilla trufada y mojama, un carpaccio de presa ahumado, yema de huevo y trufa, cochinillo o lágrima a la brasa con miel y mostaza y un postre a base de chocolate, trufa y helado de queso manchego. Este año, la novedad de las jornadas se encuentra en la forma de trabajar el ibérico.