Dos goles de Harry Maguire y Dele Alli sirvieron ayer para que, 28 años después, Inglaterra vuelva a jugar una semifinal de un Mundial de fútbol, tras derrotar en cuartos a Suecia (0-2), el ‘matagigantes del torneo’, donde el equipo de los ‘Tres Leones’ se reencontró con su Historia. Sin practicar un fútbol espectacular, doblegó a la sobria y compacta selección nórdica; pasó a la semifinal y desencadenó el delirio en Gran Bretaña, donde las televisiones repetirán 1.000 veces las imágenes en blanco y negro de Bobby Moore alzando, hace 52 años, el trofeo Jules Rimet, en Wembley.