Fue cuestión de minutos. La tromba de agua que cayó en la isla de Mallorca el martes por la tarde dejó un panorama desolador en uno de los destinos turísticos más importantes de España, con al menos nueve muertos y varios desaparecidos.
La primera luz del día dejaba hoy al descubierto calles totalmente arrasadas, coches arrastrados por el agua y casas inundadas. También un elevado número de víctimas. El servicio de emergencias de la región de Baleares cifró en nueve los muertos.
"Se eleva a 9 el número de víctimas mortales a causa de las intensas lluvias de ayer", destacó en Twitter. Entre ellas hay dos ciudadanos británicos que quedaron atrapados en un taxi, según informaron las autoridades locales, y varios ancianos que no lograron salir de sus domicilios inundados. Otras víctimas fallecieron al ser arrastradas por torrentes de agua.
La prensa habla también de seis desaparecidos y de varios heridos, aunque las cifras podrían variar en las próximas horas, según avancen los trabajos de rescate y limpieza. "Lo más urgente es encontrar a las personas desaparecidas, dar respuesta a la inquietud de sus familiares y a todos los vecinos y vecinas de las localidades afectadas. Trasladarles que el Gobierno va a estar detrás de ellos para apoyarles", expresó desde Mallorca el jefe del Ejecutivo español, Pedro Sánchez. La zona este de esta isla de 870.000 habitantes es la más afectada por las inundaciones. Un torrente habitualmente seco se convirtió el martes en una trampa mortal al desbordarse por las fuertes lluvias y anegar completamente la localidad de Sant Llorenç des Cardassar. Unas 200 personas tuvieron que ser desalojadas de sus viviendas y decenas de coches fueron arrastrados por la riada, que inundó casas y dejó a cientos de vecinos atrapados en sus domicilios.
Estas lluvias e inundaciones son de las peores registradas en las últimas décadas en España. Los vecinos se mostraron hoy desconsolados e impotentes tras una trágica noche de caos e incertidumbre. "Ha sido muy rápido, en cuestión de diez minutos ha cambiado todo", decía un hombre a la televisión pública española. "Hemos visto como la ola (de agua) se lo llevaba todo y no podíamos hacer absolutamente nada", expresó también un joven rodeado de escombros.
En Sant Llorenç des Cardassar, los vecinos sacaron hoy a la calle sus muebles destrozados, que se amontonaban a las puertas de las viviendas entre montañas de barro. "Vimos con impotencia que no podíamos controlar el agua. Esto es descomunal", lamentó en declaraciones a la emisora Cadena Ser la teniente de alcalde de la localidad, Antonia Bauza. "Estamos intentando localizar supervivientes y socorrer a la gente. Está todo inundado y la gente no puede salir de sus casas", añadió.