Para Estados Unidos, Nicolás Maduro aún tiene algo de tiempo para dejar el poder. Pero no mucho. El reloj corre y el asesor de Seguridad Nacional de Donald Trump, John Bolton, avisó ayer al mandatario venezolano de que, si no abandona «pronto» el Gobierno, podría acabar «en Guantánamo», donde EEUU tiene una prisión para sospechosos de terrorismo.

El aviso llegó después de que fuera cuestionado sobre si a Maduro le espera «un mal final», como las ejecuciones de los dictadores Benito Mussolini o Nicolae Ceausescu, a lo que Bolton deseó que Maduro tenga «una larga y tranquila jubilación».

Así, instó al líder chavista y a sus colaboradores a «aprovechar la amnistía» planteada por Juan Guaidó, reconocido por Washington como presidente «legítimo» de Venezuela y descartó que la Casa Blanca tenga prevista una intervención militar en la nación caribeña «de forma inminente», aunque no se descarta que pueda haberla en el futuro, ya que, agregó, «todas las opciones están sobre la mesa».

Mientras, Maduro instó a las Fuerzas de Seguridad a rechazar la amnistía porque «no son delincuentes» y les pidió «lealtad» para ganar esta «batalla histórica» contra EEUU y las potencias europeas.

Por otro lado, el ministro de Exteriores español, Josep Borrell, desveló que Estados Unidos presionó a varios países para que reconocieran a Guaidó y que España rechazó cualquier intervención militar.