El senador republicano John McCain, un exprisionero de guerra que perdió las elecciones de 2008 contra Barack Obama y se convirtió al final de su vida en una de las voces conservadoras más críticas con el presidente estadounidense, Donald Trump, falleció el pasado sábado a los 81 años debido a un cáncer cerebral.
El veterano legislador, que murió rodeado de su familia en su casa cerca de Sedona (Arizona), era una de las figuras políticas más respetadas de Estados Unidos, a pesar de que pasó la mayor parte de su carrera desafiando las normas y los esquemas establecidos de un Partido Republicano, al que dedicó más de tres décadas de su vida.
«Murió de la forma en que vivió: bajo sus propios términos, rodeado de la gente que amaba, y en el lugar que más le gustaba», afirmó en un tuit su esposa Cindy, que un día antes había anunciado la interrupción del tratamiento médico a su marido.