El equipo europeo reconquistó ayer la Ryder Cup, la competición bienal entre Estados Unidos y Europa, que se ha disputado este fin de semana en Le Golf National, a las afueras de París, con un apabullante resultado final de 17,5 a 10,5. De esta manera, el equipo del Viejo Continente recupera el preciado trofeo que le habían arrebatado los norteamericanos en la edición anterior, en Minnesota, y se apunta un nuevo éxito para un total de nueve victorias en los últimos 12 duelos.
Los de Thomas Bjorn partían en el día decisivo con una ventaja de 10-6 sobre los de Jim Furyk, pero estos comenzaron presionando y se llegaron a colocar a un punto, pero los anfitriones despertaron a tiempo. Una de las victorias que calmó la reacción de EEUU vino de la mano de Jon Rahm. El vizcaíno no había estado del todo bien y quería reivindicarse. No era fácil. Su rival era Tiger Woods. Pero el de Barrika encontró su juego, poniendo en evidencia, además, que la Ryder no es el torneo favorito del ‘exnúmero uno’.
La única alegría hasta que llegó la de Rahm había sido el trabajado medio punto que le había arañado Paul Casey a Brooks Koepka, gracias a un ‘birdie’ en el 17.
Pero a partir de ahí, todo fueron alegrías para los europeos que pudieron festejar el título. De hecho, los estadounidenses únicamente pudieron sumar un punto más, el de Patrick Reed ante Tyrell Hatton.
Lo demás fue de los de Bjorn, entre ellos el de un Sergio García de nuevo a gran nivel en una de las modalidades en las que más ‘cojea’ en su idilio con la Ryder Cup, pero donde mantuvo su buen tono para convertirse en el jugador con más puntos ganados (25,5) en la Historia de la competición y rendir un bonito homenaje a Celia Barquín y a Severiano Ballesteros