Fue cuestión de minutos. La fuerte tromba de agua que cayó en San Llorenç des Cardassar, Mallorca, la noche del pasado martes y que acumuló más de 230 litros de agua por metro cuadrado en cuatro horas provocó el desbordamiento de un torrente en la zona que, literalmente, inundó el pueblo causando al menos 10 muertos. Al cierre de esta edición los equipos de rescate aún seguían buscando al único desaparecido, un niño de cinco años. 

Los cadáveres fueron encontrados en los municipios de s’ Illot, Arta y Sant Llorenç, la localidad más afectada por las lluvias torrenciales.

Una de las víctimas mortales es el de una madre que pudo salvar a su hija, de unos siete años, antes de ser arrastrada por la corriente junto a su otro hijo, que es el pequeño que está todavía desaparecido. Al parecer, la mujer se encontraba con sus dos hijos en el interior de un coche cuando se produjo la riada. 

El exalcalde de Artà Rafael Gili, de 71 años, de la extinta Unió Mallorquina, murió ahogado en esa localidad, de la que fue regidor en dos períodos, entre 2004 y 2005 y en la legislatura 2007-2011.

Entre las víctimas mortales figuran también dos británicos que viajaban en un taxi cuando la fuerte corriente de agua atrapó el vehículo.

Tras la riada, unas 630 personas entre militares, policías, bomberos, psicólogos y otro personal de emergencias trabajan sobre el terreno.

El Rey Felipe VI telefoneó a la presidenta de Baleares, Francina Armengol, para expresarle su pesar, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, visitó la zona.

Desde allí transmitió a los afectados que el Ejecutivo va a «volcar todos los recursos para que puedan recuperar el día a día a la mayor brevedad posible».

Sánchez, que envió a los familiares de los fallecidos su «respeto, cariño y empatía» y, tras destacar el extraordinario trabajo de los cuerpos de emergencias, subrayó que la prioridad es encontrar con vida a las personas desaparecidas.

El jefe del Ejecutivo explicó que mañana mismo el Consejo de Ministros iniciará los trámites para la declaración de zona catastrófica y la inmediata puesta en marcha de las ayudas económicas.

El líder del PP, Pablo Casado, visitó también Sant Llorenç para interesarse por las víctimas y destacó que ante una «catástrofe» de este calibre no hay diferencias políticas. «En esto vamos todos juntos», afirmó.

El Consell de Mallorca realizó un minuto de silencio en todas sus sedes en señal de duelo y solidaridad con las víctimas, al igual que el Congreso de los Diputados.

Incluso el tenista Rafa Nadal ofreció las instalaciones de su centro deportivo en Manacor para «todos los afectados que necesiten alojamiento», comunicó el jugador en las redes sociales.