La renta agraria cae en 1.005 millones en 2017 por la sequía

ICAL
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Las opas destacan que se confirma el «desastre» en un contexto de incertidumbre permanente ante el cambio climático y exigen más apoyos a la contratación de seguros e infraestructuras hidráulicas

Ya hay cifras oficiales del impacto de la sequía que vivió Castilla y León durante el año pasado en el bolsillo de los agricultores de la Comunidad: 1.005 millones de euros. El primer avance de las cuentas económicas de la agricultura de Castilla y León del año pasado revela el alcance de la ausencia de lluvias sobre el sector, que cerró el ejercicio con una renta de 1.636,97 millones de euros, frente a los 2.641,79 del año anterior. Los datos ponen en evidencia que 2017 fue el peor año vivido por el sector desde 1992, cuando el desastre productivo fue aún mayor, y la renta agraria se situó en los 1.233 millones de euros.  

 Las organizaciones profesionales agrarias de Castilla y León destacaron que las cifras que facilita la Consejería de Agricultura de la Junta confirman que el año pasado fue «desastroso», con un impacto que se puede arrastrar durante algunas campañas, en un contexto de incertidumbre por el cambio climático. Así, defendieron como esencial que se potencien las ayudas a la contratación de seguros agrarios, así como que se acometan infraestructuras que garanticen el riego en Castilla y León, con planificaciones plurianuales. 

 El desplome de la producción llegó de la rama agraria, ya que la ganadera creció, así como la de servicios. En concreto, la producción agraria se situó en los 1.486,23 millones de euros, 1.213,3 menos que el ejercicio anterior, con un descenso porcentual del 44,9%. Por el contrario, la producción animal alcanzó los 2.997,32 millones, un 10,4 por ciento más que en 2016, con un aumento en 280,23 millones. Asimismo, los servicios sumaron 101,01 millones, frente a los 100,67 de una año antes.

 El mayor desplome productivo en términos económicos correspondió, como no podía ser de otra manera, al cereal, que cerró el año con un valor de 598,2 millones de euros, 698,59 menos que en el ejercicio anterior. 

 La producción de las plantas industriales ascendió a 262,76 millones, con una merma en 31,8 en comparación a 2017; y las forrajeras aportaron 149,7 millones, con una desplome en 224,1 millones. La producción de hortalizas disminuyó en 42,1 millones de euros, hasta los 133; y la de patata, en 90,9, hasta los 120,4. 

 Las frutas sumaron una producción de 106,8 millones de euros, que suponen una reducción en 96,8 millones respecto a 2017; y el vino y el mosto alcanzaron un valor de 106,6 millones, 29,2 por debajo de su nivel en 2017.

 La producción ganadera se comportó, sin embargo, de forma positiva, y la carne y el ganado alcanzaron los 2.154,99 millones,  170,8 por encima de su valor en 2017; mientras que los productos animales (leche, huevos y otros), ascendieron a 822,3 millones, 109,4 por encima de los resultados de 2016. Cabe destacar en este sentido, el buen comportamiento del bovino y el porcino para carne, que alcanzaron producciones de 622,3 y 1.089,4 millones de euros, respectivamente, con crecimientos en 31,3 y 110 millones, en cada caso. El ovino y caprino ascendió a 203,3 millones y las aves, a 200, con crecimientos en 4,8 y 25 millones, respectivamente. 

En cuanto a los productos animales, la producción de leche ascendió el año pasado a 531,33 millones de euros y la de huevos a 260,11, lo que supone aumentos respecto a 2016 en 21,4 y 86,9 millones, en cada caso. 

Finalmente, los consumos intermedios del sector se situaron en 3.371,73 millones de euros, 47 millones más que el año anterior.