Proyecto de regadío para 150 pueblos

Ana Pilar Latorre
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Un vecino de Almarza idea durante 14 años una iniciativa para el aprovechamiento del agua a través del regadío en las zonas de Almarza, Almajano y Campo de Gómara y la instación de centrales hidroeléctricas en antigos molinos del Valle

Proyecto de regadío para 150 pueblos - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez.

Extender el ragadío a 150 pueblos de la provincia para contribuir a su desarollo es la idea principal del proyecto de Román Martínez del Campo, que ha regresado de Barcelona a Almarza, su localidad natal. Extiende sobre la mesa un enorme plano para explicarnos en lo que lleva pensando más de 14 años, el aprovechamiento del agua para el abastecimiento y el riego, así como la instalación de centrales hidroeléctricas. «Algunos dicen que Soria ya está muerta, pues que pongan remedio y toquen ‘arrebato’ o ‘zafarrancho de combate’», afirma demostrando que él aporta su granito de arena.

Pone como ejemplo la modernización del Canal de Almazán, realizada recientemente y de la que «se hablan maravillas porque multiplica la producción»; y del Campillo de Buitrago, ya aprobada y que supondrá multiplicar el rendimiento de cada hectárea por cinco, de 400 a 2.000 euros. Lo que propone Martínez del Campo es, en lugar de 2.000 hectáreas para seis pueblos, una red de más de 100.000 hectáreas en caída y desde una cota de 1.300 metros de altitud, de La Póveda a las aproximaciones de Morón de Almazán. Una ventaja para él sería que «la tierra ya está movida y preparada» en la zona cercana al túnel de Piqueras, de donde salieron en torno a 10.000 camiones con escombros durante la construcción.

de la póveda a morón. El inicio de la red lo sitúa en Barrancohondo, entre La Póveda y el túnel de Piqueras, en el lado izquierdo; y las Matillas, al lado derecho. En ese punto se podría contar con un agua embalsada de 25 hectómetros cúbicos, para «mitigar la sed». De ahí, partiría la red de tuberías subterráneas para distribuir el agua sobrante por las zonas de Almarza, Almajano, Campo de Gómara y hasta las cercanías de Morón de Almazán, a través de unos 65 kilómetros. «Hay incluidos pueblos con problemas de abastecimiento en los que la Diputación distribuye algunos veranos agua de boca en camiones cisterna», subraya. El canal subterráneo podría tener vasos comunicantes para sortear barrancos o alturas y en algunas zonas podría tener 12 metros de profundidad, mientras que el diámetro de las tuberías sería de 30 a 150 centímetros, la madre. Lo tiene todo pensado y calcula, «sin ser experto», que la obra podría realizarse en un plazo de tres a cinco años.

por gravedad. «El agua descendería por gravedad, ya que el canal nacería a 1.300 metros de altitud e iría bajando a los 1.200 de Carrascosa, los 1.151 de Almajano y Narros, los 1.052 de Aldehuela de Periáñez y Arancón (junto a la falta del monte Toranzo, donde se separan las vertiendes del Duero y del Ebro) hasta cruzar la N-122 entre Fuensaúco y Aldealpozo. Llegaría a Candilichera y Ojuel siguiendo el descenso a 1.006 metros y a Aldealafuente, Aliud y Gómara a 1.050 metros; para continuar por Tejado a 995 metros, Borjabad a 1.018 metros, Nolay a 1.078 metros, Nepas a 1.049 metros, Bioecos y Velilla de los Ajos. Reconoce que en la zona superior no son partidarios de la infraestructura, por la idea de que se les quita el agua, pero insiste en que «se sujetaría y se tomaría la sobrante para los meses es estío», como en La Rioja (cinco pantanos y ahora dos nuevos, incluido el de Enciso), Burgos y Zaragoza. 

Tampoco los ecologistas lo ven bien, al pensar que dañaría la fauna dle río. El vecino de Almarza insiste en que el regadío funcionaría tan solo dos meses y medio al año, en verano, y cree que se podría revitalizar la zona de los ríos Tera y Razón, recuperar la fauna y fomentar así la práctica de la pesca en verano. Ya ha presentado el proyecto al presidente de la Diputación, Luis Rey, a técnicos de la Junta de Castilla y León y a personas implicadas en el desarrollo del territorio.