Varios profesores de música de Primaria y Secundaria crearán en 2019 una asociación profesional vinculada al programa Intercentros, iniciativa que se puso en marcha hace ya 14 años en torno a la formación del profesorado y a la defensa de la asignatura como troncal y mutidisciplinar. «Surgió como el típico concurso de fin de curso y organizado por un grupo de profesores amigos responsables de las aulas de música de distintos centros, con la idea también de sacar la música de las aulas en defensa de la asignatura. Pero con los años ha ido evolucionando y consolidándose, sirviendo también de modelo en otras zonas», explica Jorge Jiménez, profesor del instituto Antonio Machado de Soria. «En los últimos años el programa ha ido ganando madurez y nos han preguntado desde Castilla La Mancha; Madrid, donde lo han comenzado ya con coros; Segovia y Valladolid, con un festival similar que lleva ya tres ediciones», añade. Los organizadores han participado, además, en prestigiosos encuentros y congresos a nivel nacional.

El «salto de calidad» del Intercentros llegó con el concierto de clausura de la décima edición, en el que participó Antonio Mingo. «Dio mucha energía al festival, ya que es un gran conocedor de la educación musical y aglutina formación y experiencia en flashmob». Jiménez define la convocatoria como un festival que se celebra en mayo pero que se extiende durante todo el año con ensayos y encuentros. A ello se suma la participación en el Congreso Nacional de Educación Musical ‘Con Euterpe’, que este año será los días 22, 23 y 24 de marzo en Valladolid. 

implicación. «Lo importante es poder compartir experiencias musicales y extramusicales, además de desarrollar las inteligencias múltiples de los alumnos y mejorar las conexiones neuronales», explica subrayando la importancia de la asignatura en todos los ciclos y su multidisciplinariedad, ya que está relacionada con otras materias como las matemáticas, la lengua, el tratro, los idiomas...

El número de centros participantes depende de las ediciones, pero este año son siete: los cuatro institutos de la capital (Machado, Castilla, Virgel del Espino y Politécnico), el Villa del Moncayo de Ólvega y el de San Leonardo, a los que se suma el de Medina del Pomar (Burgos). De esta manera, 120 alumnos preparan una obra en común de percusión corporal -a siete voces, una por centro- titulada Quixote Edition, que exige una gran coordinación. El espectáculo promete, sin duda. «En una época en la que estamos empantallados y pixelizados es bueno volver a lo más básico. No siempre lo más importante es lo que esté en la nube, sino el mundo real», reflexiona el docente en torno a la irrupción de las nuevas tecnologías en las aulas y en la enseñanza musical.

percusión. Y es que muchas aulas musicales de los centros educativos de Soria optan por alternativas para el aprendizaje. Por ejemplo, Jorge Jiménez comenzó hace unos años en el Machado haciendo percusión con contenedores, abanicos, botellas, mecheros, batucadas... «Mi especialidad es la percusión y el objetivo es incorporar objetos de la vida diaria como instrumentos», concreta. Estas enseñanzas producen, según el profesor, un «efecto cascada» entre los alumnos y se demanda más la asignatura, por lo que «favorece el lanzamiento de la misma como una materia de mayor relevancia». «La música es plural y multidisciplinar», opina el profesor, apuntando también que estas clases «suman para bien y favorecen la inclusión».