La historia del vino como reclamo turístico en Langa

Sandra de Pablo
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El Ayuntamiento ha recuperado útiles de prensado de un derribo y los ha trasladado a un nuevo espacio público como homenaje a los oficios tradicionales

La historia del vino como reclamo turístico en Langa

Laga de Duero da un paso más en su apuesta por la pervivencia de los oficios tradicionales y el turismo ligado a los mismos. Esta semana se iluminará la plaza del Teatro, después de instalar en ella los útiles tradicionales para el prensado del vino y que fueron rescatados de un lagar en desuso.

El espacio que ahora ocupa la plaza era el de tres edificios en ruina -dos municipales a los lados y otro particular en medio- que fueron desescombrados, ya que los responsables municipales apostaron por adecentar una pequeña plaza. La zona cuenta con una especie de gradas o grandes escalones que sirvieron para salvar los desniveles, por lo que se conoce popularmente como plaza del Teatro. 

En otro edificio, un lagar en ruinas en la localidad pedánea de Bocigas de Perales, rescataron la viga, el usillo y las piedras para colocarlos en la plaza del Teatro. Según cuenta el alcalde, Constantino de Pablo, «con el empleado municipal, echando una mano los que hemos podido y apenas 6.000 euros, hemos conseguido reconstruir un lagar al aire libre y yo creo que nos ha quedado decentemente». Con el proyecto, logran un doble objetivo puesto que  «además de recuperar dos ruinas hacemos un homenaje a nuestros antepasados. Hay cosas muy importantes que no se pueden abandonar».

De Pablo reconoce que desde el Consistorio han decido apostar por este sector y buena muestra de ello es el reciente proyecto de la casa de la labranza, los lagares y el bodegón. Así, asegura que «cumplimos perfectamente para que en el futuro las generaciones venideras lo puedan seguir contemplando».

Langa de Duero se fijó como objetivo desde hace más de dos décadas recuperar los oficios tradicionales, como la vendimia en un primer lugar y la labranza en los últimos tiempos. A finales del siglo pasado se pusieron en marcha unas jornadas dedicadas a revivir la vendimia de su forma más tradicional, con especial atención a las familias y a los centros educativos. Cada año, más de 200 personas se acercan a Langa para vendimiar con sus propias manos y pisar la uva en un día completo en el que no falta la música, el traslado en los carros o la degustalación de los manjares tradicionales. En esa misma línea se recuperó la Casa Lagar, en plena carretera, que alberga todo tipo de actividades tradicionales; y el espléndido Bodegón, donde el pueblo ha encontrado un gran salón para eventos.

Además de la apuesta por los oficios tradicionales, en Langa de Duero también están recuperando su patrimonio y su historia. Es el caso de la puesta en valor del torreón, un proyecto que arrastran desde hace décadas y que parece que por fin podrá ver la luz en primavera.La obra exterior ya casi está finalizada con el acondicionamiento del mirador y esperan que la musealización interior no se demore más de dos o tres meses.