La elaboración de cisco y carbón vegetal fue durante décadas la forma de vida de los vecinos de Las Cuevas de Soria. Estos productos eran utilizados como combustible y fuente de riqueza. Ahora, la fiesta del cisco, que este 2018 cumple 30 años, busca mantener viva esta tradición.Como marca la costumbre, las mujeres han sido las encargadas de cocinar las migas pastorilles y los torreznos para el almuerzo, mientras que los hombres han preparado la hoguera de la que obtienen el cisco.A pesar de la desapacible jornada, alrededor de un centenar de personas se han reunido en torno a la fiesta del cisco. La mayoría son vecinos, aunque también hay visitantes. Es el caso de César, con raíces sorianas, aunque llegado desde Alicante para conocer esta costumbre.Una tradición en la que hasta los más pequeños aportan su granito de arena repartiendo roscas y moscatel. Una costumbre con aroma a nostalgia.