La humedad arruina el aula del murciélago

Sonia Moya
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ayuda. El Ayuntamiento pide ayuda a la Diputación para poder intervenir en los desperfectos del inmueble

Centro de Recepción de Visitantes, Aula de los Murciélagos y Moncayo Punto de Acceso son los tres nombres del imponente edificio que se encuentra en pleno centro de Cueva de Ágreda, justo enfrente del Ayuntamiento y en el cruce de caminos para acceder a los senderos que conducen al Pico de San Miguel el más alto del Sistema Ibérico. Se trata de una edificación en la que se han utilizado materiales muy caros, su fachada es de granito y esta ha sido una de sus perdiciones, es impropio para una climatología agreste en la que los inviernos, con  heladas diarias, la están deteriorando. La primera carta de presentación del centro en estos momentos es una portada llena de humedades y una de las losas del acceso ya está caída. El resto del deterioro se encuentra dentro, en todas y cada una de las salas. Algo que no es normal en un inmueble que apenas lleva cuatro años abierto. El Ayuntamiento de Cueva de Ágreda se encuentra en «un callejón sin salida». Es el encargado de  su gestión y mantenimiento y no tiene fondos ni para lo uno ni para lo otro. El alcalde, Miguel Alonso Sánchez, explica con resignación que empezó «mal» desde el principio. El Consistorio se tuvo que hacer cargo de este edificio que «nunca ha reunido buenas condiciones». Antes de su apertura, pagó de 4.000 a 5.000 euros por  arreglar las filtraciones en el tejado. «Hubo que desmontarlo entero, así empezamos». 
La obra se financió con fondos europeos, casi 500.000 euros que recibió la Diputación Provincial para la edificación de este inmueble de tres plantas que fue la antigua Casa Consistorial. La ejecución de las obras se adjudicó a Aljama Vías y Obras, una empresa que pronto entró en suspensión de pagos perjudicando de esta manera la terminación del edificio. «No pagó ni a proveedores ni a trabajadores, ha sido una verdadera chapuza», apunta el alcalde, que no se explica cómo pudo hacerse con la adjudicación de la obra. «La empresa nos quitó la garantía de la obra, esta tampoco la ha asumido la Diputación y ahora los desperfectos los tiene que pagar este ayuntamiento, que dispone de unas exiguas cuentas que se nutren exclusivamente de lo que pagan los vecinos de impuestos. Solo tenemos para pequeñas obras en el municipio, esto se nos va de las manos».  
Miguel Alonso confiesa que están «encantados y agradecidos con que la Diputación nos dotara con este centro, pero ahora le vemos una difícil solución, necesitamos ayuda». El primer riesgo y quizá el «más grave» que presenta el Centro de Interpretación son las losas de la fachada, ya que las juntas de dilatación filtran el agua de la lluvia. Cada vez que llueve, el alcalde sabe que hay que quitar agua en todas y cada una de las salas porque la fachada es un coladero. 
Miguel Alonso ha preguntado a contratistas de la zona y arreglar esto «en condiciones» cuesta unos 60.000 euros, ya que  hay que quitar todas las losas y poner otra fachada distinta. Una solución temporal y más barata sería sellar el granito pero duraría de tres a  cuatro años y sería «un parche». 
En otros lugares las losas de granito se han atornillado para su seguridad, pesa cada una de ellas unos 15 kilos, algunas ya se han caído y se temen lo peor, que otras caigan en la calzada. Los vecinos de Cueva de Ágreda ya advirtieron desde el primer momento, que este material no era el más aconsejable en esta fría zona, que eran mejor otros autóctonos como la piedra para la fachada, que es como se ha construido en la zona, pero los ingenieros de la Diputación «nunca escucharon nuestros consejos». También se hizo caso omiso al salón social que se demandaba para que pudieran usarlo los vecinos en la planta baja del edificio, quedando pequeñas estancias que no son utilizadas.  En el interior del edificio, en todas y cada una de las ventanas se notan las humedades. Incluso las de la primera planta están reventadas, están cediendo, habrá que quitarlas o cambiarlas de lugar, explica el alcalde. «Cada vez que llueve quitamos mucho agua de las paredes y en el suelo».  
 
desperfectos. En la sala que simula la cueva de los murciélagos el agua cae continuamente mojando y estropeando previsiblemente un televisor donde se proyectaba el audiovisual. En la terraza, con magnificas vistas a la Sierra del Moncayo, el Valle de Araviana y la Cueva de los Murciélagos, también son evidentes las  deficiencias en las juntas de dilatación y la filtraciones e incluso se ven baldosas levantadas. «La solución no es fácil ni barata, este es un edificio problemático y en el pueblo no lo puede asumir».
 Las humedades no son el único inconveniente que hay que afrontar en esta instalación, los problemas parece que se multiplican. 
En la sala dedicada a los murciélagos hay un sistema que permitía ver a estos mamíferos en su cueva, en su hábitat natural. 
Las cámaras que lo facilitaban tampoco han funcionado en ningún momento, el visitante se queda con las ganas y sin uno de los principales atractivos de esta oferta turística. «Lo que tampoco funciona ni está operativo es el ascensor, hay que actualizarlo, nos piden una cantidad de dinero, que no nos podemos permitir en estos momentos», lamenta el primer edil.  
 
tirón turístico. Cueva de Ágreda es un enclave natural privilegiado que tiene tirón turístico. Cada año, según los cálculos del regidor, pasan por su pueblo de 1.500 a 1.700 visitantes. La localidad cuenta con un censo de 77 personas pero todos los fines de semana multiplica su población. Además de las personas vinculadas familiarmente que se han arreglado sus casas y vienen a pasar unos días, hay un restaurante y tres casas rurales. Y en verano son frecuentes los campamentos de niños y familias que pasan el día en la Dehesa, a los pies del Moncayo.
El pueblo es una de las puertas de acceso desde la provincia de Soria a su techo, el Pico de San Miguel, por eso este centro les parece vital para su promoción turística. Desde el Ayuntamiento han desestimado la opción de que se cobre una entrada por enseñarlo. Otro de los retos, contratar a una persona que lo muestre. Hasta ahora ha estado abierto al público en verano con  personas que han empleado para servicios múltiples del consistorio, por eso se pide ayuda a la Diputación. Así se lo han trasmitido ya al diputado responsable del área de Turismo, Jesús Manuel Alonso.  El propio alcalde es quien ha abierto las instalaciones estos días de Semana Santa, incluso ha acompañado a los turistas a visitar la localidad. «Nos gustaría disponer de una persona durante los meses de verano, a media jornada y que el resto del año se pudiera abrir algunos fines de semana».
El centro es «importante» para Cueva de Ágreda, pero en estos momentos, si no recibe ayuda presenta «una difícil salida».