Los expolios no cesan en la Soria despoblada

Lucia Sánchez (Ical)
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Roban cinco iglesias abandonadas del medio rural, tres de los hechos delictivos son consideradas expolios al patrimonio histórico

Queda tan poca gente en el medio rural soriano que para los amigos de lo ajeno les hes harto fácil llegar a una iglesia en medio del inhóspito campo y desvalijar los últimos vestigios de un patrimonio cultural que hace décadas rezumaba vida. Lo hacen en mitad de la noche, a sabiendas que nadie les ve, con maquinaría pesada, alevosía y premeditación. Arrasan con todo y roban piedras pesadas, sillerías, cruces y capiteles, es decir, aquello que puede tener algún valor en el mercado negro o para una nueva construcción, bajo encargo de alguien que ha decidido que su casa debe construirse con elementos históricos a costa de dejar el patrimonio de Soria semi-desnudo.

Desde mediados de agosto, los bienes de la iglesia, ubicados en lugares despoblados, son víctimas de lo que la Diócesis de Osma-Soria denomina “ataques violentos o expolios”; no es nada nuevo, ya en 1926 los codiciosos expertos en arte supieron como hacerse con una importante parte de los lienzos de la joya del mozárabe soriana: San Baudelio de Berlanga, y tras ello, llegó el robo, pues arrancaron de la pared buena parte de sus pinturas, que ahora se exponen en los más prestigiosos museos:The Metropolitan Museum of Art -The Cloisters- de Nueva York y posiblemente en el Cincinnati Art Museum y en el Indianapolis Museum of Art. Este, sin duda, ha sido el robo al patrimonio soriano que más ha sangrado a su cultura.

La Guardia Civil de Soria llama a la calma pero el Obispado de Osma-Soria está preocupado, ya que a pesar de que la noticia se ha difundido y los agentes del medio rural están ojo avizor, dos circunstancias disuasorias, los expolios no cesan y este jueves se ha conocido el último en la iglesia de Valdegrulla, muy cerca de El Burgo de Osma, y con este suman cinco.

El delegado de Patrimonio de la Diócesis, Rubén Tejedor, explica que es imposible cuantificar a cuánto asciende los daños causados y el patrimonio robado de las iglesias de Mercadera, Castilruiz, Boos, Masegoso y Valdegrulla, y señala que todos los robos, a pesar de que el de Castilruiz presenta un ‘modo operandi’ diferente, se cometieron en iglesias que se ubican en lugares despoblados y dónde en el núcleo de población cercano vive muy poca gente.

“El patrimonio está siempre en constante peligro y por eso se trata de poner los medios para impedir que roben”, detalla, para defender la labor de vigilancia que a diario hacen los 300 guardias civiles del medio rural, la Junta de Castilla y León, la Diócesis y los vecinos de los pueblos.

En este aspecto, señala que a las iglesias que son restauradas, gracias a la colaboración de la Diputación y la Junta o cuyas obras corren íntegramente a través de la Diócesis se las dota de alarma e incluso de cámaras de vigilancia, y defiende que “posiblemente no se puede hacer más para preservar el patrimonio en un territorio como el soriano, con muchas parroquias y despobladas y con muchos vestigios”.

“El hecho de que parte del medio rural esté deshabitado pone el patrimonio en riesgo. A esas iglesias, en las que ya no hay culto el sacerdote no va. De Masegoso, donde sólo rompieron la puerta porque lleva 250 años deshabitado no se llevaron nada porque ya no queda nada”, apostilla, para describir este patrimonio soriano como “una perita en dulce” para los amigos de lo ajeno.

El párroco de Castiluiz y de Pozalmuro (al cual pertenece la iglesia de Masegoso), Alfonso García, asegura que los escasos vecinos que viven en el medio rural son cautelosos con los desconocidos y tienen reservas, pero no pueden llegar a controlar lo que pasa de noche y tampoco “pueden estar pensando constantemente mal de cualquiera que pase por su localidad”.

Afirma que el robo en la ermita de los Ulagares, cometido el 22 de septiembre, en su opinión no tiene nada que ver con los expolios, ya que en Boos, Mercadera y Valdegrulla se llevaron piedra pesada y sillería para ser reutilizada. De este templo, ubicado a dos kilómetros de Castilruiz, se llevaron los 500 euros del cepillo, 12 candelabros, una bandeja de plata con vinajeras y la herramienta del constructor que arregla el tejado. “Creo que el ‘modus operandi’ es distinto y este responde más a otros robos cometidos por ciudadanos del este que se llevan todo lo que puede tener valor en el mercado”, reflexiona.

Asimismo, señala que la iglesia de Masegoso, a la que rompieron la puerta, se encuentra en un despoblado y en estado de ruina, por lo que “si intentaron llevarse algo de allí les fue imposible”. Lo único valioso que quedaba de esta iglesia era el coro y fue restaurado para exponerse en primer lugar en las Edades del Hombre de 2009 de Soria y después en el museo de arte sacro de Ágreda.

El párroco de una extensa comarca reconoce que es “imposible guardar la viña” en una provincia con 500 núcleos de población, y añade que, por ende, su zona pastoral, al este de Soria, está “en un cruce de caminos” entre La Rioja, Aragón y Navarra.

“Es imposible poner puertas al campo”, recalca, para recordar que hace cinco año de la iglesia del despoblado de Castellanos (Villar del Campo) se llevaron ocho metros de piedra y hace 20 años las parroquias de Montenegro, Matalebreras, Fuentestrún, Castilruiz y Trébago fueron asaltadas la misma noche y se llevaron de todas ellas los donativos de los fieles.

Tres de cinco expolios

El teniente coronel de la Guardia Civil de Soria, Andrés Velarde, subraya que la investigación “está en marcha” y que los robos de Castilruiz y de Masegoso no tienen nada que ver con Mercadera, Boos y Valdegrulla donde sí se han producido expolios con daños al patrimonio histórico, con cierto paralelismo y en una época no muy distante unas de la otras. Además, agrega que se han llevado elementos similares (sillares, piedras de gran tamaño, la cruz de la espadaña en el caso de Mercadera y sillería de la portada del templo).

Velarde precisa, además, que este tipo de delitos no se cometían desde hace tres años, cuando robaron las columnas de la entrada de dos iglesias, y señala que sí se cometen robos de bienes pero no es habitual que roben el inmueble en sí.

Asimismo, precisa que los tres expolios tienen características específicas: se cometen en templos en ruina o semi-ruina, ubicados en despoblados, sin especial protección y con dificultad para identificar lo robado.

El teniente coronel asegura que “previsiblemente” estos expolios obedecen a “un robo por encargo” para reutilizar el material robado en una nueva construcción fuera del territorio provincial. “Hemos visto material en edificios que pueden llevar cinco, diez o 100 años en algún otro sitio”, puntualiza.

Asimismo, destaca que los autores de los hechos llevaron maquinaria pesada para cargar el material y nadie “vino nada”, lo que denota que la despoblación en los lugares es máxima. “Los elementos patrimoniales abandonados representan un problema para la provincia de Soria”, dijo.

Por su parte, el subdelegado del Gobierno en Soria, Miguel Latorre, indica que en muchas de estos templos aislados no hay una presencia permanente de vecinos que certifiquen cuándo fue robado, “ es difícil datar en qué momento se produjo el robo”.

Asimismo, considera que no todas las denuncias presentadas por la Iglesia en Soria están relacionadas, ya que en Masegoso sólo dieron una patada a un puerta y no se sabe si iban a robar o no. “Yo hablaría de una intrusión en una edificación aislada en el entorno rural”, destaca.

En Castilruiz, afirma, el hecho de que se llevaran herramienta de obra indica que no iban a expoliar la iglesia, ya que entraron y aprovecharon para hacerse con otros elementos que tienen valor o salida en el mercado. “Lo que sí es agresión al patrimonio es lo de Boos, Mercadera y Valdegrulla, todos edificios aislados y en semi-ruinas. En Boos quedaba poco en pie y probablemente hubiera quedado derruido en un breve plazo de tiempo”, relata.

Por ello, Latorre aboga por abrir el debate sobre la posibilidad de trasladar todos los elementos con valor histórico u ornamental, que pudieran ser objeto de conservación de zonas deshabitadas, al mismo núcleo de población habitado al que pertenecen para valorizarlo de alguna manera y conservarlo.

Asimismo, el portavoz del Gobierno en la provincia recalca que la Guardia Civil y la Junta, tienen un Programa de Vigilancia y Prevención del Patrimonio en la provincia y existe una “vigilancia constancia y permanente”.

En este aspecto el teniente coronel precisa, que sólo este año, se han realizado 800 servicios relacionadas con la vigilancia en el patrimonio, incluidos, los yacimientos. “Prevenimos los hechos delictivos e instamos a los ciudadanos del medio rural a alarmar ante cualquier situación anómala”.

El subdelegado del Gobierno indica que el día 26 se encontraron escondidos en un descampado en la zona de Berlanga de Duero siete piezas de sillería y hace pensar que provienen de algún expolio o alguna ruina y que este material podría ser utilizado para una nueva construcción. “No se sabe de dónde proviene y se busca a los autores”, detalla con cierta esperanza de poner fin al tema.