El primer volumen del cancionero soriano verá la luz en 2019

Nuria Zaragoza
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Los vecinos de cerca de 350 poblaciones de la provincia han abierto sus puertas a los investigadores becados por la Diputación para compartir con ellos su memoria. Gracias a la colaboración vecinal se ha recopilado un millar de piezas del cancionero

Soria ya tiene su nuevo cancionero. El cancionero del pueblo soriano. En realidad, siempre lo tuvo. Guardado en la memoria de los sorianos (o, mejor dicho, de las sorianas), en viejos cuadernos, en baúles, en cajones… Ahora, todo ese rico patrimonio cultural, esa tradición oral, sale a la luz. Y podrá conocerse, difundirse, incluso aprenderse y reproducirse, a través de varios volúmenes que tiene previsto editar la Diputación de Soria.

Es el resultado de cuatro años de intenso trabajo de campo buceando en los recuerdos de los pueblos de Soria, y el posterior estudio etnomusicológico. Se han visitado casi 350 poblaciones, entrevistado a decenas de personas, acumulado horas y horas de grabación, de imágenes y, como consecuencia, se ha logrado recuperar «por encima del millar de piezas» de diferentes géneros. Es la mayor compilación de la tradición oral soriana realizada hasta la fecha. Y la han realizado jóvenes investigadores becados por la Diputación, bajo la coordinación de Cultura. 

Desde la obra de Izenga en 1874 hasta la última campaña emprendida por el profesor de la Universidad de Valladolid Enrique Cámara de Landa, varios autores, etnógrafos y estudiosos se han enfrascado en la ardua tarea de documentar las manifestaciones musicales de la historia soriana. El alemán  Kurt Schindler es uno de los que más lejos llegó ya que en su obra Música y poesía popular de España y Portugal (1941) aparecen 362 documentos registrados. Aún así, todos quedaron lejos de lo hoy conseguido por los jóvenes investigadores. 

Nunca antes se había reunido «tanto material y tan interesante». «El público (los vecinos de Soria) se ha volcado y se ha obtenido información muy por encima de las expectativas más optimistas. Es un trabajo excepcional», destaca la jefa de la Sección de Cultura de la Diputación, Yolanda Martínez. «Hemos tenido suerte porque la falta de analfabetismo en nuestros pueblos ha ayudado mucho a que tengamos textos escritos guardados íntegros, algunos del siglo XIX. A partir de ahí, con que recuerden un trozo de melodía y el estribillo, tenemos la canción entera. Y se han conseguido muchas piezas completas», añade Enrique Borobio, técnico del Departamento. Ambos agradecen el interés y la colaboración de «todos los informantes» ya que sin ellos -o, mejor dicho, sin ellas ya que «la mayoría de las informantes son mujeres»- esta salvaguarda sería imposible.

inicio: becas de investigación. Ninguno de los dos esconde su satisfacción por la cantidad y calidad de cancionero recuperado, y admiten que cuando se crearon las becas de investigación etnográfica nunca se pensó llegar tan lejos. Tanto, que los expertos en la materia esperan con ya expectación la publicación. 

«Machado había dicho que Soria era una tierra sin danzas ni canciones, pero eso no estaba tan claro porque ahí estaba el romancero, el cancionero de Schindler...». Por ello, «iniciamos este trabajo de recopilar material. La idea inicial era hacer un pequeño sondeo para ver lo que había. Se seleccionaron los becarios, muy jóvenes pero magníficos, y empezaron el trabajo de campo. ¡Y salió a la luz un trabajo de calidad excepcional!», apunta Martínez para explicar el inicio de este proyecto. El resto... rodó casi de manera natural. 

Recuerda cuando la Diputación creó las becas de investigación etnográfica para jóvenes investigadores en 2014. Entonces se seleccionaron tres personas que asumieron, en primer lugar, el «estudio de la cuestión» y los primeros «trabajos de campo». Visitaron en una primera fase cerca de 200 pueblos, recorrieron la provincia de norte a sur y de este a oeste, llamaron a las puertas de los vecinos              -«que se abrieron de par en par»- y, gracias a la colaboración popular, lograron reunir en grabaciones cuantiosa información sobre el cancionero popular pero, también, sobre costumbres, tradiciones, vestimenta... «cacharrería» que llama de forma simpática Borobio. «Si algo nos han dicho los becarios es que no ha habido pueblo donde no hayan abierto las puertas.Además la gente estaba agradecida y se lo ha tomado casi como algo personal», agradece. Sabían que esos jóvenes que habían llegado por sorpresa cuaderno y grabadora en mano eran el ‘vehículo’ para mantener vivas aquellas canciones, romances, rondas, tonadillas, retahílas infantiles, coplas... que sus madres y abuelas les enseñaron.  

El barrido de campo se amplió hasta las casi 350 localidades (prácticamente todos los núcleos habitados de Soria), para dar paso después al «trabajo de gabinete», transcribir toda la información obtenida a papel y cortar las pistas para su posterior volcado digital (para el tratamiento informático). Y, a partir de ahí, el «estudio etnomusicológico», es decir, en análisis histórico, literario, etnógrafo... de cada una de las piezas. 

relación intergeneracional. El resultado inicial fue tan generoso que obligó a prorrogar esas tres becas y ampliar el equipo de trabajo, contando con perfiles especializados en transcripción etnomusicológica. Hoy, cinco jóvenes becados siguen trabajando el material. Alma joven (la media de edad de los investigadores ronda los 30 años) para recuperar el corazón del pasado. Savia nueva para mantener viva la memoria. Manos del siglo XXI para recopilar las versiones musicales del XIX. 

«El de Soria es de los cancioneros más exhaustivos en cuanto al trabajo de campo que se han realizado. Otros  están muy vinculados a la etnomusicología. Pero nosotros además nos hemos apoyado en jóvenes investigadores y la verdad es que la relación intergeneracional que se ha conseguido ha sido muy gratificante. Estamos muy contentos», recalcan desde el departamento de Juventud y Cultura. Destacan también el potencial que este trabajo tiene en cuanto a estudio histórico y etnográfico de la Soria del pasado. «Las canciones relatan tradiciones», explica Borobio al respecto. Así, la recuperación de las rondas de Navidad, las rondas de los sábados, los cantos de las ánimas -que no se limitan solo a Tajueco (donde todavía perduran) sino que también había en Vadillo, Gormaz...-, los cantos de roscas... han permitido saber también cómo, cuándo y quiénes cumplían esas tradiciones y ritos. 

trabajo vivo. El trabajo no ha cesado en estos cuatro años y, de hecho, sigue activo. «Se sigue retocando. Ahora se están repasando algunas cuestiones dudosas de la transcripción, zonas que quizá ‘bailan’, se está visitando a gente que había pendiente, incluso se están incluyendo testimonios de personas que se han enterado de que estamos trabajando en el cancionero y vienen a entregarnos documentación que tenían en casa», apunta Martínez sobre el momento actual del trabajo. Ahora es el momento «del detalle», añade Borobio. 

El proyecto, que se enmarca en el Plan Nacional de Salvaguarda del Patrimonio Inmaterial, ha permitido recuperar y proteger la tradición oral de Soria y es además una base para la investigación. No en vano, dos de los becados están realizando su formación de postgrado, tutorizados por la UVa y la Universidad de Salamanca, en torno al cancionero soriano. 

peligro de desaparecer. «Es importante rescatar ese patrimonio porque estamos ante manifestaciones que están a punto de desaparecer», avisa Borobio. «Solo queda en la memoria de los más mayores, por lo que rescatar y documentar estas manifestaciones es importante por su salvaguarda pero, también, para poderlo poner a disposición de los investigadores y, también, de los propios vecinos, ya con las partituras. Los vecinos van a saber cómo se interpretaba y en qué contexto cada una de sus interpretaciones», añade. Y en este sentido, apunta, «en algunos pueblos se mantiene el carácter tradicional pero en otros muchos lo desconocían y solo la gente de mayor edad recordaba las piezas». Gracias a la labor realizada se ha podido rescatar tradiciones que estaban ya «casi extintas», como las pandereteras, así como cantos rituales que «estaban en proceso de desaparición». 

el primer volumen, en 2019. Para potenciar la difusión y puesta en valor del ‘nuevo’ cancionero soriano está previsto que «en 2019» se publique ya «el primero de los volúmenes, que estará dedicado a Rondas y Canciones. Lo anunció hace unos días la vicepresidenta de la Diputación, Esther Pérez. 

«Ese primer volumen que va a salir en unos meses es en realidad el segundo», puntualiza Martínez. Explica que la idea es que haya un primer volumen que contenga toda la información general, un volumen resumen, que verá la luz el último, a modo de cierre. Antes, se irán editando diferentes volúmenes, agrupados por géneros. Con ello se pretende que quien quiera tener una idea global del cancionero soriano pueda obtenerla con ese primer volumen y el resto sean más específicos.  

Soria ya tiene su «cancionero del pueblo». Y no es ‘pobre’ como en tiempos se pensó. La banda soriana de la historia soriana ya suena...