El Ministerio Fiscal ha expuesto que la fallecida no pudo caerse en la bañera, ya que tenía 8 golpes en la cabeza y según la autopsia falleció después de que el acusado que tenía las manos enrojecidas la asfixiara durante 7 u 8 minutos. El abogado defensor argumenta que las pruebas son circunstanciales y se agarra a la presencia de células de una tercera persona en las uñas de la víctima.