"Necesitamos internet como oxígeno o agua"

Ical
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El gerente de la ONG Cives Mundi apuesta por crear una nueva ruralidad para las zonas despobladas y que la Administración apruebe una ordenación del territorio acorde al siglo XXI

Soria lleva décadas “hablando” de despoblación y medidas para combatirla. Basta con darse una vuelta por la provincia en cualquier época del año, a excepción del verano, y ver cómo se ha convertido en un desierto demográfico, eso sí, con recursos forestales, medio ambientales, patrimoniales y agrícolas. En este medio inhóspito pero rico viven cuatro numantinos que se resisten a abandonar su tierra y que exigen los mismos derechos básicos que un urbanita. La ONG Cives Mundi, que ha creado el espacio de emprendimiento social El Hueco, trabaja porque Soria no desaparezca del mapa y dentro de 30 años los políticos de turno no tengan que pensar a qué provincia se anexiona o que figura administrativa se inventan para su resistencia. La Feria para la Repoblación de la España vacía, que se celebra en la capital, organizada por esta ONG, trata de mostrar las posibilidades que ofrece el medio rural y, sobre todo, reivindica un cambio de relato: es posible vivir “muy bien” en los pueblos y emprender. Exigen para ello, una nueva ruralidad y ser realistas: Soria no podrá llegar nunca a contar con 150.000 habitantes, pero sí tener una población pendular que garantice su superviviencia.

Cives Mundi pretende dar una imagen positiva del medio rural, un lugar con oportunidades para emprender. ¿Es posible condicionar el lugar de residencia y dónde invertir?

Nosotros hemos apostado por cambiar el relato porque hemos visto que el victimista y doliente de los últimos 40 años no nos sirve de nada. Vamos a ser socios; a hacer un poco de introspección; a pensar de qué nos ha servido toda esta campaña de protestas y de enseñar lo peor de la provincia. Esto no ha servido para nada. Cives Mundi pretende todo lo contrario: analizar lo que tenemos; qué posibilidades existen no solo en Soria sino en toda la España despoblada; qué recursos hay y tratar de ofrecerlos de la mejor manera a los nuevos emprendedores locales y foráneos. A estos hay que darles todas las posibilidades.

Los urbanitas que apuestan por el medio rural quieren servicios, escuelas y opciones de ocio. ¿Cómo se puede convencer a alguien de que se puede vivir en Villar del Campo con dos habitantes?

Los servicios son importantes pero no suficientes. El Burgo de Osma tiene de todo: escuela, instituto, cine, centro de salud, patrimonio histórico, medio ambiental, industria y pierde población. Aguilar de Campó (Palencia), 7.000 habitantes, tiene todos los recursos y hasta autovía y también pierde población. Sepúlveda (Segovia) tiene 2.000 habitantes, es cabecera de comarca y pierde población. El problema no son los servicios, que inevitablemente tiene que haberlos porque para vivir es necesario contar con una escuela o un médico, sino la mentalidad. La gente por el motivo que sea, no quiere vivir en los pueblos. Primero porque se ha desprestigiado durante muchísimos años y décadas el vivir en ellos. A partir de los años 50 parecía que el que se quedaba en los pueblos eran los más tontos y hemos arrastrado esta situación. La gente no quiere vivir en ellos y prefiere vivir en Madrid con un sueldo de 700 euros, que no le llega para comer, antes que vivir en el medio rural dónde podría vivir de maravilla.

¿Es difícil garantizar los servicios en el medio rural porque salen más caros que en la ciudad?

Sí, es difícil y más aún en comunidades como la nuestra que tiene una ordenación territorial que viene del Franquismo, y no digo que sea mala porque venga de esa época, sino porque no se adapta a la realidad que tenemos 70 años después. Debemos apostar por una ordenación territorial donde igual hay que fomentar las cabeceras de comarca, las mancomunidades y darnos cuenta que el mundo cambia muy deprisa. Seguramente en muy pocos años veamos vehículos eléctricos que circulan solos por las zonas rurales, los niños que no van a la escuela y se educan desde su casa a través de internet (tele educación). Es decir, debemos adaptarnos a los tiempos en los que vivimos y ese cambio lo deben liderar los políticos de la mano de la sociedad civil. Si ellos no cambian las normas estamos abocados a la desaparición.

Hay voces que piden ser prácticos. Cuatro cabeceras de comarca en Soria con buenos servicios, una ciudad del siglo XXI, empleo e infraestructuras de comunicación. Piden no apostar por aquellos pueblos que ya no tiene solución…

Sí, no podemos hacer discursos ‘buenistas’ ni trampas en el solitario. Tenemos una situación muy mala, vamos a tratar de salvar lo que nos queda y, sobre todo, ayudar a las personas que hacen cosas en el territorio despoblado. Para esto lo primero pasa por adoptar medidas de discriminación positiva hacia esas personas, de manera que a una persona le resulte atractivo vivir en el territorio y ya no hablo de cuestiones económicas, que también, sino de facilidades de todo tipo: para las mujeres que existan unas políticas de género de verdad que faciliten que puedan quedarse en el medio rural y puedan compatibilizar su vida familiar y profesional, que emprendan..

¿Estamos a tiempo de acabar con la España vacía?

Estamos a tiempo de generar lo que ya se denomina una nueva ruralidad. Es decir, tenemos que imaginarnos cómo va a ser esto a partir de ahora, que no va a ser como lo de antes. Cada vez hay más académicos que nos advierten que se nos debe quitar de la cabeza que de aquí a 50 años vivan en Soria 150.000 personas, pero ni en Soria ni en Cuenca o Teruel, porque la actividad económica que ha habido hasta la fecha en las zonas rurales se ha basado en la agricultura y ganadería y cada vez se demanda menos mano de obra para trabajar en el campo. Debemos pensar en esa nueva ruralidad y pensar que habrá personas que vivan a caballo entre el campo y la ciudad, que cada vez pasen más tiempo en una zona rural. Este es nuestro objetivo, El Hueco es un ecosistema de innovación social y lo que hacemos es experimentar y probar nuevos modelos de negocio; nuevas soluciones para combatir un problema como la despoblación, que pide audacia porque si seguimos haciendo lo mismo que hasta ahora nos vamos al garete.

¿Cómo lograr ese giro de la ruralidad que predica?

La despoblación tampoco es un problema de dinero, pues en la UE nunca jamás ha habido tanto dinero público y la mayor parte de los países europeos tienen despoblación rural, es un problema de mentalidad y de generar esa nueva ruralidad para que puedan venir personas a vivir al campo, que no solo trabajarán en la agricultura y ganadería. Además para comenzar a solucionar este asunto es imprescindible contar con internet, es tan importante como el agua o el oxígeno o como el derecho a ir a la escuela. Nosotros defendemos desde El Hueco que el uso de internet sea un derecho, igual que tenemos derecho a una sanidad universal, a una escuela pública y que el Estado reconozca que los ciudadanos tienen derecho a tener banda ancha, estén donde estén.

Todavía se tiene una imagen muy negativa de ser de pueblo, está asociada a tener o vivir en un retraso cultural ¿Cómo se cambia esa percepción?

Para esto tiene que haber un pacto a nivel nacional entre todos y los periodistas, los artistas y el sector cultural, en general, tienen un papel esencial. Los medios nacionales siempre que hacen referencia al medio rural es para hablar de noticias chuscas. El ejemplo clarísimo es el programa de Jesús Calleja ‘Volando voy’, en el que habló de que en el Burgo olía mal y en Navaleno no había nada; trajo a casarse a dos que no eran ni de aquí y promueve que la gente se case en el castillo de Gormaz. ¡Pero vamos a ver!. ¡Qué Patrimonio no autoriza a casarte ni en este sitio, ni en el castillo de Berlanga ni en los arcos de San Juan de Duero! A mi ese programa me parece una basura, porque si bien es cierto que la vista aérea de la provincia que mostró era maravillosa, detrás había una imagen mostrando nuestro territorio de forma chusca, anecdótica y esto ha pasado siempre.

¿Sentís que sois diferentes al resto de los ciudadanos urbanistas?

¡Es que la gente que vivimos en zonas rurales estamos discriminadas por el mero hecho de vivir en esa zona rural! Hay que conseguir cambiar eso y que a la gente que vive en las zonas rurales se la vea como gente normal, igual de innovadora que la de la ciudad con una calidad de vida igual o mejor que la ciudad y con los mismos derechos. Yo en mi país quiero vivir dónde me de la gana porque la Constitución me avala. Pero soy consciente de que si vivo en Valdelavilla y somos cinco no puede haber una escuela y tengo que llevar a mis niños a San Pedro Manrique y para eso está la administración.

¿Es ese cambio de imagen lo que atraerá a la gente a los pueblos?

El tema del cambio de relato y de imagen es fundamental y es más importante que las infraestructuras físicas. Se nos ha llenado la boca pidiendo infraestructuras autovías y túneles en Soria y no ha servido para nada. Me puede decir alguien ¿para qué nos ha servido el túnel de Piqueras? La autovía de Madrid lleva construida seis años y seguimos perdiendo población. En Menorca no tienen un solo kilómetro de autovía y no la quieren porque tienen un modelo de turismo ‘slow’, sostenible. El cemento no genera desarrollo, lo que genera desarrollo está dentro del cerebro. En Soria tenemos recursos para salir adelante porque tenemos de todo: patrimonio histórico y medio ambiental, pueblos preciosos y una gente estupenda, honrada, trabajadora. No salimos adelante porque esperamos que nos resuelva el problema el papá Estado y éste llega donde llega. Las castañas del fuego nos las tenemos que sacar nosotros, lo demás seguro que llegará.

¿Se ha vendido tanto el problema de la despoblación en Soria que ahora otros territorios pretenden recibir las mismas inversiones?

Es un riesgo que corremos ahora y por ello no queremos que se nos coman la tostada. Si tristemente Soria es el lugar más deshabitado de España tiene que ser referente en las políticas de repoblación que se aprueben y por eso levantamos la bandera.

La provincia ha contado con un Plan Soria, un Plan Adipso ahora un Plan Demográfico…. Muchos planes y quizás poca acción...

Sí, fallan porque son cosas que vienen de arriba a abajo y las cosas que funcionan son las que salen de abajo a arriba, donde hay resiliencia hay futuro; si estás esperando que te llegue el maná no te va a sacar nadie de dónde estás. No podemos estar esperando ayudas. El sector agrario en Soria recibe 80 millones de euros vía PAC y en el campo vive mucha menos gente que hace 30 años cuando comenzó Europa a dar estas ayudas. ¿De qué ha servido este dinero y ayudas? De nada. Gómara, el referente del campo soriano, está vacío, y tiene la tierra más productiva de la provincia y no vive nadie. No es un problema de ayudas.

Actualmente los pueblos de Soria están mejor que nunca. Con redes de abastecimiento, alumbrado público del siglo XXI, carreteras provinciales arregladas, pero no vive nadie. ¿Cree que en estos pueblos el proceso es reversible?

Le pongo el ejemplo inverso. Sarnago en la comarca de Tierras Altas no tenía de nada y hace 25 años un grupo de personas se empeñaron en rehabilitar el pueblo y han vivido sin carretera asfaltada hasta hace cuatro meses. Es el ejemplo claro que la sociedad se pone las pilas, tira, sale adelante y cuando ha demostrado que funciona, llegan las ayudas. Pero los primeros que apostaron por su pueblo fueron los propios sarnagueses y por eso tienen una presencia especial en esta Feria. En Sarnago no vive gente en invierno, es el ejemplo de las poblaciones pendurales que es la nueva ruralidad. Además, están trabajando para que vivan en esta localidad dos personas. Lo que no podemos pretender es que mañana vivan en Sarnago 200 personas: eso es imposible aunque les pagues. Pero sí podemos conseguir que haya una población pendular arraigada con su pueblo que se mueva y venga los fines de semana o en verano y poco a poco se queda alguno y se estimula la economía. Este es el modelo.

El modelo económico que se plantea para el medio rural de Soria pasa, principalmente, por la instalación de explotaciones de cerdos con gran número de cabezas o macrovaquería. ¿Los sorianos no sabemos generar otro tipo de proyectos que no estén vinculados al sector primario?

Falta ordenación territorial. Yo no estoy en contra de las macrogranjas, soy Ingeniero Agrícola y entiendo que un inversor no le sale a renta montar una granja con 200 cerdas y debe poner 5.000. Pero vamos a ver cómo compatibilizamos esta realidad con el territorio. A mi que se haga una macrogranja al lado del Pantano de la Cuerda del Pozo me parece una aberración igual que si la ponen en los arcos de San Juan de Duero o del castillo de Ucero. Tenemos que ver dónde se instalan y velar porque se cumpla la normativa. Tenemos que empezar a pensar que en las zonas rurales hay que vivir de más cosas que de la agricultura y la ganadería y tenemos un ejemplo en Finlandia, con quien trabajamos en un proyecto europeo. En Finlandia no hay agricultura y ganadería porque viven en la tundra, tienen un sector forestal fuerte y nada más. Hace 40 años se dieron cuenta de eso y crearon un sector tecnológico puntero que se dedica al software, a crear videojuegos y la telefonía, entre otros, y hay pequeñas empresas en los pueblos. Aquí eso es imposible porque no tenemos internet, pero el camino es ese. Nosotros tenemos que poner en valor el patrimonio y generar industria cultural, Escocia con un medio más inhóspito, este aspecto lo tiene más trabajado. Yo invito a los políticos que toman decisiones a que salgan fuera y vean lo que hacen los demás.

Las mujeres en el medio rural tienen un papel primordial. ¿Cómo se puedan generar proyectos para que ellas puedan trabajar y emprender con perspectiva de género?

Las mujeres están mejor formadas, en general, que los hombres. Cuando salen de su pueblo a estudiar, obtienen mucha formación pero sin ninguna posibilidad de encontrar empleo en su localidad. Tenemos que conseguir que en los pueblos haya políticas de género que permitan la igualdad de oportunidades, cargarnos muchos estereotipos de género, que tristemente existen todavía de las mujeres en los pueblos, porque cuanto más pequeños son, peor, y darles todas las posibilidades para que se puedan desarrollar, independientemente de que tengan o no familia. No entender a las mujeres como una máquina de reproducción sino que hay que conseguir que ellas vean al medio rural como un lugar para emprender.

La culpa de la despoblación y el aislamiento que sufre Soria ¿La tienen los sorianos? ¿Cree que es una sociedad anestesiada que debería de reivindicar sus derechos con mayor intensidad?

El origen del problema no es de los sorianos. Tuvimos la mala suerte que durante el pos-franquismo a Franco no le dio por crear aquí un polo de desarrollo y sí en otras zonas de España. Cuando se decidió el desarrollo de España con un tiralíneas y nos quedamos fuera lo que sucedió en Soria es que la población se marchó a las zonas industriales porque aquí no había para comer. Los de Tierras Altas se fueron no porque hiciera frío. sino porque no había para comer. El origen del problema no es nuestro pero sí es cierto que no hemos sabido manejar bien el problema y hemos creado un relato que no nos ha beneficiado lo más mínimo, muy victimista. Tampoco hemos sabido invertir el dinero de la PAC de forma inteligente porque solo se ha destinado a la compra de pisos en la ciudad que ahora están vacíos y que cada vez valen menos. Las explotaciones agrarias no se han modernizado y la culpa sí, en este sentido, es nuestra. Ni de los políticos de derechas ni de izquierdas. Eso sí, ahora a estos les pedimos que nos doten de una ordenación del territorio que nos permita ir hacia la nueva ruralidad.

Psicológicamente también hay que estar preparado para vivir en un pueblo porque hay que saber vivir en soledad, integrarse en el entorno y con los residentes nativos…

Es cierto, el ser humano no sabe vivir en soledad y es el gran problema. Yo tengo amigos que vienen a Soria dicen que bonito es este pueblo, están una semana y a la semana siguiente no saben qué hacer. Esto es un problema. El sistema nos educa para vivir rodeados de gente, para vivir con cines, consumiendo. El sistema educativo también debe enseñar a los alumnos que pueden elegir y qué tiene de bueno vivir en el pueblo, y sobre todo hay que decírselo a los niños que viven en el pueblo porque muchos padres les mandan un mensaje erróneo: hijo estudia, marchate y no vuelvas. Esto es lo peor que se puede hacer. No se puede vender ese relato. Para vivir en un pueblo tienes que saber vivir de forma sosegada y tranquila. La gente de la ciudad viene a los pueblos pensando que es la arcadia feliz y para venir a ellos tienes que tener un proyecto de vida claro, igual que en una ciudad, sino, fracasarás. Reclamamos que existan ecosistemas de recepción de nuevos pobladores para ayudar a integrarse en las zonas rurales.