Ruta de los Riscos, tan mágica como desconocida

A.P.Latorre
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La localidad de Aguaviva de la Vega, que pertenece a Almaluez, cuenta con un paraje de gran riqueza geológica y natural que impresiona a los visitantes y que hace volar la imaginación contemplando las formaciones rocosas

La zona de los Riscos, en Aguaviva de la Vega, es tan espectacular como desconocida. Allí, la erosión de viento, lluvia y nieve ha creado con el paso del tiempo «un paisaje único, con formaciones rocosas muy pintorescas y vistosas», en palabras del alcalde de Almaluez, Aguaviva de la Vega, Chércoles y Puebla de Eca, Pedro Ernesto Pascual. Pero para adentrarse en el enclave es necesario contar con guías. Allí se llega por la autovía de Soria a Madrid, en una salida entre Almazán y Medinaceli, en Sauquillo del Campo. Tras tomar la carretera comarcal se pasa Taroda y muy cerca, en dirección a Santa María de Huerta, se encuentra Aguaviva de la Vega, a 967 metros de altitud y entre dos sierras, la de la Mata y la del Muedo. El recorrido comienza en la calle San Roque, la principal y ubicada en la parte inferior, junto al frontón, la arboleda (punto de encuentro en verano para comidas populares y paseos) y la fuente de los cinco caños (nacimiento del río Marbón o Santa Cristina, que desemboca en el Jalón, ya en Huerta), restaurada en 1950, como dice la inscripción. En el pueblo se ven muchas casas reformadas, unas 30 en los últimos años, «pero hay previsión de que sean más». Algunas las arreglan los hijos del pueblo, de los que la mayoría reside en Zaragoza, y otras las compra gente de fuera para tener una segunda residencia en una zona muy accesible, junto a la autovía Soria-Madrid. En verano se pasa de 10 a 200 habitantes y en los meses de invierno «es la caza lo que mantiene vivo al pueblo», con una activa asociación que se da cita junto a sus familias en el centro social los fines de semana.  En esta época se pueden ver corzos, perdices y águilas y buitres que anidan en las oquedades de las rocas, naturaleza en estado puro solo interrumpida por el núcleo urbano, los molinos de viento y los campos de labor. Hay por allí manadas de corzos, de 300 ó 400 ejemplares, e incluso bajan a criar a las choperas, momento que aprovechan los vecinos para mostrar las crías a los más pequeños. Es tradición que las familias del pueblo se acerquen a los riscos en los días de buen tiempo, pero también llegan visitantes para descubrir este paisaje, aunque no está señalizado y los caminos son poco accesibles para los vehículos sin tracción. Algunos de ellos han sido arreglados por los propios agricultores para poder llegar a sus tierras de labor.

hasta las cuadrillas. Hay varias zonas rocosas: Olla del Siglo, Carravieja, los Extremaderos y las Cuadrillas o San Millán, que es la más popular y donde en verano uno puede refrescarse en la cascada. Desde un alto junto a La Mesilla, se observa el valle y dos de estas formaciones, las de la Olla del Siglo y Carravieja. 

Germán Pascual, vecino de Aguaviva que nos guía en el trayecto, comenta que «en el hoyo de en medio se dice que hay enterrada una piel de toro con monedas de oro» y que «cuando no llueve, si suben los chicos del pueblo el agua llega al día siguiente». Es un fenómeno geológico digno de contemplar y que nos recuerda, en otro escenario y a otra altitud, a las impresionantes rocas de Castroviejo.

El paisaje de Aguaviva es impresionante, con formas de piedra caliza que, como las de las nubes, hacen volar la imaginación. Castillos, chimeneas, espárragos, faquires, cabezas de águila, moros con turbante... Como si de una localización de una película de fantasía se tratara, a muchos no les deja indiferente el paisaje y el paseo entre las rocas, que es además muy fotografiado por los aficionados. Como se dice, para creerlo hay que verlo y cualquier época es buena para acercarse hasta allí. Desde la zona de la Bullana hay muy buenas vistas, porque «se puede contemplar toda la zona y las puestas de sol son impresionantes». 

El verano es la época en la que más visitantes se acercan a la zona. «Algunos de los senderistas se guían por planos del ejército, porque no está señalizado (allí no llega el GR-86). Vienen grupos desde Medinaceli o Taroda andando», comenta Germán Pascual. Se puede hacer una ruta por los Riscos y la senda de Valladares hacia el despoblado de Yuba y Lodares. Puede aprovecharse la visita para conocer localidades como Santa María de Huerta,Medinaceli o Arcos de Jalón.

mucho monte. En Aguaviva, de las 4.300 hectáreas que tiene el término municipal, 2.200 son de monte, de ahí la importancia de la caza y la variedad vegetal. Pero por su nombre también da pistas para descubrir la gran cantidad de agua que ofrece el término en distintos parajes. Muchas son las personas que se acercan a la fuente de los cinco caños, situada dentro del pueblo, para recoger agua potable. Yes que se dice que Aguaviva de la Vega es por sus árboles y agua un oasis en comparación a los campos y parajes que la rodean en varios kilómetros a la redonda.

En el término queda agricultura, han pasado de 30 a cinco agricultores que llevan muchas hectáreas cada uno. En los últimos años la ganadería ha ido a menos y se nota en el paisaje, de 5.000 cabezas de ganado a unas mil ovejas. En los alrededores también hay dos cuevas, la de Valdeherreros y la de El Cillero, con pozos y túneles. En el pueblo está la iglesia de San Salvador y la ermita de San Roque y un poco más lejos la ermita de la Virgen de la Vega, la patrona, con fiestas que acaban de celebrarse en octubre y con romería cada 50 años (fue en 2004) con reunión de obispos y misa en el exterior junto al altar y la imagen.