Entre 9 y 14 menores atendidos al año por ingesta de alcohol

Ana I. Pérez Marina
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El Proyecto Ícaro atiende a los jóvenes que han pasado por el servicio de Urgencias. e realizará un intervención motivacional breve se les derivarlos a un recurso de referencia de prevención

Entre 9 y 14 menores atendidos al año por ingesta de alcohol - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez.

El Servicio de Urgencias del hospital Santa Bárbara atiende anualmente entre nueve y catorce casos de menores por elevada ingesta de alcohol. Este número es una estimación, puede variar cada año, y del mismo tampoco puede extraer un perfil concreto del joven soriano que acude al centro hospitalario por una intoxicación etílica, ya que puede considerarse que son «casos puntuales», aunque no por ello hay que bajar la guardia. «En general, en la provincia de Soria tampoco tenemos problemas excesivos, pero no se puede descuidar y hay que estar atentos. Las propias familias, los centros educativos, programas publicitarios... todos tenemos que tener en cuenta que en los menores el alcohol es dañino y tóxico, y tenemos que cuidar a nuestros menores», reflexiona el jefe de Urgencias, Enrique del Hoyo. 

A finales del pasado diciembre la Junta de Castilla y León, a través de las consejerías de Sanidad y de Familia e Igualdad de Oportunidades, implantó en el Servicio de Urgencias del Hospital Santa Bárbara y en Emergencias el proyecto Ícaro-Alcohol para proporcionar nuevos apoyos a los padres de los menores atendidos en el centro sanitario por abuso de alcohol. El objetivo es reducir los consumos habituales e intensos en jóvenes de menos de 21 años, así como las consecuencias negativas de estos hábitos.

«Además de atender a la población menor que pueda presentar intoxicación alcohólica y con problemas que puedan venir por ello, como pueden ser accidentes, lesiones, traumatismos o agresiones, los profesionales que los atienden les darán información a ellos y a los padres o familiares directos sobre las lesiones o toxicidad del alcohol y las consecuencias del consumo excesivo del mismo», explica el médico.

A su juicio, el hecho de tener que acudir a urgencias por consumo de alcohol «ya es de por sí grave, porque las ingestas no son leves ni moderadas», de la misma forma que se ha detectado que los primeros contactos con las bebidas alcohólicas se adelantan a edades más tempranas, a partir de 13 años. En caso de ser menores de esa edad, los profesionales sanitarios informan directamente a los responsables de los programas sociales ya que no es necesario el consentimiento familiar ni del paciente, incluso podría llegar considerarse una situación de desamparo, si bien el responsable del Servicio de Urgencias del Hospital Santa Bárbara reconoce que son casos «extremos».

Con la puesta en marcha de Ícaro-Alcohol se entrega un folleto informativo al paciente y a la familia, que «lo pueden aceptar o no, es voluntario», y a partir de ahí, tras completar un formulario, tienen la opción de acceder al recurso de referencia de prevención, prestado en Soria por Cruz Roja.

«Nosotros podemos tener un número bajo de casos bajo, puede rondar entre los nueve y los catorce estimados de forma anual. Estas navidades tuvimos un caso leve, por lo aún no hemos presentado el programa. Cuando más casos se producen es en Carnaval, San Juan o en verano con algunas fiestas», señala.

otras sustancias. No obstante, el doctor Del Hoyo incide en que el proyecto Ícaro se refiere solo alcohol, mientras que el consumo de otras sustancias no estaría contemplado, «salvo que vayan asociadas a alcohol», algo que es frecuente.

«El alcohol interfiere en las relaciones sociales, en los estudios, en el trabajo, a parte, obviamente, de las lesiones orgánicas que produce en personas que están crecimiento. Por ello, es necesaria esa información para que se posponga el máximo tiempo posible el inicio del consumo de bebidas alcohólicas, que siempre debe ser moderado», aclara el jefe del Servicio de Urgencias.

Para la puesta en funcionamiento del proyecto, el personal de Urgencias en Soria ha recibido formación precisa, de forma conjunta con Pediatría y Psiquiatría, para que conozca los trámites administrativos, los formularios y cómo realizar las entrevistas a las familias. «Es difícil dar a entender a unos padres que su hijo ha acabado en un servicio de urgencias por una ingesta de alcohol, porque no está bien visto o porque pueden sentir cierta culpabilidad. Ofrecemos profesionales expertos, psicólogos y asistentes sociales, para saber si hay un problema de fondo, que puede que exista o no, y puede ser una situación aislada», resume. También se trata de corregir falsos mitos con relación a las sustancias y sus efectos.

El proyecto Ícaro-Alcohol se suma a otras acciones preventivas promovidas por la Junta como el taller OH.com o los programas dirigidos a familias Moneo y Dédalo.