El PSOE organizaba ayer su primer comité federal desde que Pedro Sánchez llegara a La Moncloa tras la moción de censura, por lo que la celebración de este cónclave orgánico se convirtió finalmente en un acto con el que el partido dio el pistoletazo de salida para la campaña electoral de mayo para las municipales, autonómicas y europeas.

De hecho, el presidente puso en valor los cinco meses que lleva en el Gobierno y en los que se arrogó haber conseguido que saliera del poder «la resignación» del PP frente a los casos de corrupción para que entrara «la esperanza que representamos nosotros».

El dirigente contrapuso el «sentido común» del Ejecutivo del PSOE por encima del ideal progresista frente a la «política pendenciera» que a su juicio están desarrollando los partidos de la oposición, a los que acusó de confundir «la discrepancia con la crispación» y de «socavar» los pilares de la convivencia en el país.

Sánchez reconoció que en junio «no teníamos muy claro si íbamos a ganar la moción de censura», pero se mostró convencido de que hay momentos en los que no se debe mirar los costes o beneficios de las decisiones, sino actuar porque «simplemente hay que hacer lo que se debe». De esta forma, justificó su decisión frente a la «irresponsabilidad» de Rajoy de no asumir la sentencia sobre la corrupción del partido y de negarse a aceptar el ofrecimiento del Rey de formar Gobierno. Ahí, «el PSOE dio un paso al frente» y logró «en solo unas horas» conformar un Ejecutivo «competente, comprometido, feminista y progresista», subrayó. Una muestra, según agregó, de que el PSOE es un partido con experiencia y que «estamos preparados, estamos preparadas», como reza el lema que se presentó durante este acto.