"Nos falta actualizar la exposición de la Casa del Parque"

A.I.P
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En noviembre se cumplen 25 años de la declaración del Monumento Natural de La Fuentona. Un reconocimiento que ha favorecido tanto a la conservación de esta espacio único como al hecho de que sea un modelo de accesibilidad

"Nos falta actualizar la exposición de la Casa del Parque" - Foto: E.G.M

José Manuel Meneses, ingeniero de Montes, está vinculado a los espacios naturales de Soria desde 1992, por lo que conoce bien cómo se gestó la declaración de La Fuentona como Monumento Natural en 1998, la de la Reserva Natural del Sabinar de Calatañazor en 2000; el Parque Natural de la Laguna Negra y Circos Glaciares de Urbión en 2010; y en 2008, la Reserva Natural de Garagüeta. «Y ahora estamos con el Moncayo», apunta. Además de ser el jefe de la Unidad de Medio Natural de la Junta en Soria, es el director del Monumento Natural de la Fuentona y la Reserva Natural del Sabinar de Calatañazor, así como del Parque Natural del Cañón del Río Lobos.

En noviembre se cumplen 25 años de la declaración de La Fuentona como monumento natural. ¿Qué supone la protección para este conjunto?

Si ves un foto del antes y el después, ves que ha habido mejoras y se ha conseguido un producto que tiene cierta calidad. La gente que viene a visitar La Fuentona sale contenta. Hay recursos que, en proporción al dinero que tenemos, están bien. Yo le pondría un notable alto, aunque siempre faltan cosas que hay que hacer. 

La senda convirtió a La Fuentona en uno de los primeros espacios naturales accesibles de Castilla y León, hay un punto de información aquí [a la entrada de La Fuentona], está todo señalizado, las pasarelas están arregladas, tuvimos la imagen en vivo y en directo del interior de La Fuentona, no ha habido conflictos con la propiedad, ni accidentes de buceo... Las cosas se van consiguiendo.

Con las ayudas socioeconómicas,  los pueblos han ido haciendo sus obras y ha habido coordinación con los ayuntamientos [Muriel de la Fuente, Cabrejas del Pinar y Calatañazor].

Y el sitio se ha conservado. Si no hubiera tenido este régimen de protección, probablemente, aquí hubiera habido iniciativas que hubieran distorsionado el entorno. A la entrada, por ejemplo, restauramos lo que era la zahorrera y le pusimos vegetación. Hay un serie de infraestructuras, sencillas, pequeñas, que están funcionando, tienen mantenimiento y hacen que la gente lo disfrute. Hay visitantes que llegan antes del verano que vienen a caminar, a ver el río Abión, a ver la cascada... y pueden ver todo.

Es coautor de la Guía geológica de la Sierra de Cabrejas y del Monumento Natural de la Fuentona. ¿Qué valores patrimoniales naturales destaca?

Lo destacado es tener una surgencia de un acuífero como este en estado natural, sin que le falte el agua, y toda la salida del acuífero está bien conservada. Fruto de esto, el Estado hizo una reserva fluvial en esta zona del río en estado natural. Y ha contribuido con el aforador de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) para hacer un seguimiento de los caudales y ver si hay detracciones irregulares que puedan ser ilegales.

De alguna manera, se consigue que haya control y vigilancia de todo  y hay pocos sitios que se conserven así. Lo normal es que un nacimiento tenga una piscifactoría al lado, una instalación industrial... y aquí está conservado. Gente que viene del Mediterráneo, cuando ve el agua transparente se maravilla. Ese es el valor.

Ahora está todo más cubierto por la vegetación. ¿Cómo se consigue el equilibrio entre las exigencias ecologistas y el mantenimiento?

Llevamos unos años que hay menos agua y eso se nota en La Fuentona. Ahora mismo hay mucha vegetación y hay gente que te dice que quiere ver el agua. Para eso hay que liquidar la vegetación que hay en el fondo, pero no se debe hacer sistemáticamente, porque tiene una función. Cuando llueve y hay una riada, la propia riada se encarga de hacer la limpieza natural. Se pueden contemplar intervenciones, pero hay que respetar las dinámicas naturales. En noviembre-diciembre habrá riada y arrastrará toda la vegetación, para que se vuelva a establecer cuando haya poca corriente en el verano siguiente. Esa vegetación también da sombra, hace que se caliente menos el agua, que se evapore menos, que la fauna esté más protegida... El perjuicio es que el que viene buscando el agua no la ve. Así que hay que explicar por qué está así.

Dos años después de la declaración del Monumento Natural de la Fuentona, llega el reconocimiento de la Reserva Natural del Sabinar de Calatañazor. Los dos espacios están estrechamente ligados, ¿a qué responde esta integración?

Los dos espacios son pequeños y en la ley de la reserva se puso un artículo que decía que ambos tendrían un único patronato de gestión compartida al estar tan cerca y vinculados dentro de un espacio mayor que es el ZEC (Zona Especial de Conservación) Sierra de Cabrejas. Es una economía de medios y así se hace. En las reuniones están los alcaldes de los tres ayuntamientos y se comparten los problemas. No es lo mismo la gestión del Sabinar que de La Fuentona, pero el que viene a ver una cosa, ve la otra.

Hicimos la ruta paisajística del Sabinar de Calatañazor que es la que une estos dos espacios con Cabrejas del Pinar por la zona de arriba y se asfaltó la carretera, de forma que los tres pueblos quedaban unidos.

En 2005 se puso en marcha la Casa del Parque de la Fuentona y el Sabinar de Calatañazor, ¿qué ha supuesto para este enclave natural?

Está en el sitio donde tiene que estar. Se restauró un monumento que era el Palacio de Santa Coloma, que también se explica. Ahora nos falta, porque han pasado muchos años, actualizar la exposición de la Casa del Parque de la Fuentona y mejorar el aparcamiento para que vuelva a ser atractiva. Ahora mismo se ha quedado anclada en el tiempo, aunque fue pionera en su momento. Es un sitio en el que se hacen actividades con los pueblos y hay que darle más movimiento a todo esto.

¿Hay previsión de que esa actualización sea inminente?

Está solicitada, a ver si se consigue. Estamos en ello. Si se representa bien todo lo relacionado con el espeleobuceo en La Fuentona puede ser un aliciente. Lo que se busca en las Casas del Parque es algo que los visitantes no puedan ver en el espacio natural. 

La faceta informativa es muy importante, sobre todo, para la gente que no ha venido nunca, pero también la parte de sorpresa y de entendimiento del sitio que visitas, que es donde hay que estar actualizados.

La Casa del Parque tuvo el año pasado 12.783 visitantes. ¿Cómo va 2023?

Similar. En la curva de visitas de la Casa del Parque se ve que ha ido perdiendo interés [en 2006 se registró el pico más alto, 20.839 visitas]. Esa es la tendencia de todas las casas del parque, porque se van quedando anticuadas.

¿Hace falta difundir más el Monumento Natural de La Fuentona para, de alguna forma, diversificar el turismo y que no se concentre, sobre todo, en la Laguna Negra y el Cañón del Río Lobos?

La gente hace lo que le gusta y nosotros, en parte, somos responsables de lo que le decimos a los que vienen. Si vienen un día, te recomiendan lo de siempre. Ahí está lo de venir más días o más veces. 

Siempre decimos que no se vea con prisa, que se disfrute y se haga con tiempo. Este es el tipo de visita que nos interesa. A veces, es polémico que se cobre por el aparcamiento, pero lo que interesa es que cada uno se comprometa en la visita. Buscamos una visita de más calidad.

En cuanto a las infraestructuras de accesibilidad que se han desarrollado en estos 25 años, ¿qué destaca?

En Soria, este es el mejor espacio natural en cuanto a accesibilidad. Aquí se pudo hacer una obra para que personas mayores, familias con niños y carritos o personas con movilidad reducida puedan acceder sin problema. Se apostó por ello y nos dieron un premio [concedido por la Obra Social de Caja Madrid en 2010].

En 2012 se empezó a cobrar en el aparcamiento. ¿Cómo revierte en el Monumento Natural?

Hubo acuerdo en el patronato. Partiendo de esa base, hay que explicar que ese dinero va a mantenimiento y  a dar empleo a personas de la zona. Hay que dar una imagen y un servicio mejor porque si no, habrá quejas. 

A La Fuentona viene poca gente y estamos siempre en el filo de la rentabilidad. El aparcamiento es muy pequeño, son 30 plazas, y del otro hay que pagar un alquiler.

¿Qué presupuesto maneja cada año el patronato?

No hay una cantidad fija. Están las ayudas socioeconómicas, que son las subvenciones que piden los ayuntamientos para ejecutar obras. Y luego existe una cuadrilla de mantenimiento en todos los espacios naturales de Soria, que en función de la superficie, de los visitantes y de lo que hay que mantener tiene una cantidad asignada. Por ejemplo, en La Fuentona y en el Sabinar, un día a la semana en temporada alta hay una actividad de limpieza y mantenimiento. Esto no supone mucho dinero, unos 12.000 euros al año para los dos espacios.

¿Se piden muchas permisos para practicar espeleobuceo?

El espeleobuceo tiene mucho riesgo y exige muchos requisitos. Muy pocos los reúnen. Y también pedimos que planteen una actividad que aporte al espacio algo: una exploración, una limpieza, un mantenimiento... Desde el punto de vista recreativo no tiene sentido, lo tiene para el avance en el conocimiento. Vienen dos colectivos, los GEAS (Grupos de Especialistas en Actividades Subacuáticas) que acceden para prácticas para poder intervenir y actuar, y dos o tres peticiones de profesionales del espeleobuceo muy buenos, que son punteros. Esto es lo que hay que ofrecer como actividad interpretativa, que todo el mundo pueda bucear, sin bucear.

¿Qué época recomienda para visitar La Fuentona?

La Fuentona en invierno se puede visitar, el único peligro que puede haber es la riada, pero lo vas a ver en la senda y, además, se avisa. Los días de invierno con agua son ideales, muy bonitos, tranquilos, de cascada... y no tiene competencia.