Castroviejo, el mirador de la discordia

A.I.P.
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La Plataforma Vecinal Castroviejo Natural evidencia el «impacto» que supone para el entorno, mientras que el alcalde, Alberto Abad, y el jefe del Servicio de Medio Ambiente de la Junta, José Antonio Lucas, defienden que es un proyecto «positivo

Castroviejo, el mirador de la discordia - Foto: VALENTIN GUISANDE

Para José Luis, turista llegado de Burgos, Castroviejo es comparable con la Playa de las Catedrales de la costa lucense o con la Ciudad Encantada de Cuenca. Sin duda, los tres espacios comparten el denominador común de que pueden agruparse bajo el epígrafe de arquitectura de la naturaleza. Aunque reside en la provincia vecina, es la primera vez que descubre el paraje más emblemático de Duruelo de la Sierra. Lo hace acompañado de su mujer y de sus cuñados, más conocedores de la zona, en un momento en el que se está ejecutando el discutido proyecto del mirador, obras que desarrolla la Junta de Castilla y León, a través de la Fundación de Patrimonio Natural, dentro del Programa de Infraestructuras Turísticas en las Áreas Naturales de Castilla y León (PITAN). Las estructuras que permitirán el ascenso se apilan a los pies de la roca conocida como El Frontón y ya está avanzada la instalación de las escaleras y pasarelas ‘interiores’ que, por ahora, apenas son visibles desde la entrada por el lado suroeste, cuando se llega desde el aparcamiento.

«Todo lo que sea mejorar me parece bien, pero luego hay que darlo a conocer», considera el turista burgalés, que admite que no se hace una idea clara de cómo quedará el mirador una vez que finalice la obra.

Sin embargo, Carmen, integrante del grupo de excursionistas de Burgos, muestra sus dudas: «Es la segunda vez que estoy en Castroviejo; la primera, me quedé encantada con lo que vi y con la historia. Hay que buscar el equilibro entre lo accesible y el entorno natural, y quizás deberían emplear otros materiales menos impactantes, como la madera».

Las escaleras y pasarelas metálicas que se están instalando «estarán cubiertas» por «madera de pino tratada», señala el jefe del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta, José Antonio Lucas, que avanza que se ha iniciado la reconstrucción paisajística de la cárcava del entorno.

Paz y Carlos, una pareja de Zaragoza con residencia para veranear en Navaleno, que han esperado a que ceda la afluencia turística para recorrer Castroviejo, como cada año, estiman que «todo lo que sea facilitar el acceso está bien, siempre que no sea impactante». Recuerdan las primeras veces que ascendieron a este lugar, cuando ni siquiera había barbacoas ni merenderos, mucho menos el aparcamiento o la caseta en la que se contrata la actividad para recorrer la vía ferrata Cuerda La Graja.

No obstante, Carlos muestra sus reticencias ante este tipo de acciones en la naturaleza y menciona ejemplos de Aragón, como las pasarelas de Panticosa sobre el río Caldarés o los nuevos accesos al valle del Benasque, en Huesca. «Siempre hay que respetar el entorno y es muy difícil encontrar un término medio», considera.

Son algunas opiniones recabadas entre visitantes a este bello rincón de Pinares, valoraciones ajenas al debate abierto en torno a este proyecto, cuya adjudicación (a la empresa Infraestructuras de Muntanya SL) derivó en la constitución de la Plataforma Vecinal Castroviejo Natural que, en otras cosas, ha conseguido casi 11.000 firmas en change.org en contra de esta iniciativa que supone un desembolso para las arcas autonómicas, a través de la Fundación de Patrimonio Natural, de más de 220.000 euros.

pasos. ‘No queremos un macromirador artificial en el paraje natural de Castroviejo’ es el título de la petición dirigida a la Junta de Castilla y León y al Ayuntamiento de Duruelo de la Sierra en la plataforma change.org. «Constituimos la plataforma cuando se adjudicó la obra y vimos que ya era un hecho. Nos movilizamos, pedimos información al Ayuntamiento y a la Junta, y nos dirigimos al Procurador del Común», relatan desde el colectivo contrario al mirador. 

Las mismas fuentes aseguran que el proyecto se está ejecutando «sin contar» con un estudio de impacto ambiental, sin haber estado en exposición pública y «sin consultarlo» con los durolenses, además de ser «contrario», a su juicio, a las normas subsidiarias del municipio pinariego. «El proyecto es de la Junta y la autorización la tiene que dar el Ayuntamiento de Duruelo de la Sierra, lo que se hizo el 21 de febrero de 2021 mediante decreto del alcalde, cuando debería haber sido por acuerdo del pleno».

Así las cosas, a falta de conocer la resolución del Procurador del Común al respecto, «al que también le niegan información», este verano, a través de la Coordinadora de Montes Vecinales de Burgos y Soria, se interpuso demanda en los tribunales, causa a la que «se suma» la Asociación Soriana para la Defensa y Estudio de la Naturaleza (Asden). «Estamos viendo la posibilidad de interponer otra o incorporarnos a la presentada en julio», aclaran desde el colectivo vecinal.

De esta forma, aseguran que conocen el proyecto a través de la Plataforma de Contratación del Sector Público y advierten de que no están en desacuerdo con todo lo que se plantea. Coinciden en la conveniencia de la reconstrucción paisajística de la cárcava que atraviesa el entorno, mediante siembras de vegetación arbustiva autóctona, así como en «hacer accesible el mirador para personas con movilidad reducida». «También viene en el proyecto que se van a demoler las barbacoas y merenderos, y esto nos parece bien [...] Nosotros nos oponemos al mamotreto con el que se perderá el encanto de Castroviejo. La gente va buscando naturaleza, no pegotes en la naturaleza», estiman. 

estrategia. Para la plataforma, el hecho de que la intervención se haya iniciado en el interior de la roca El Frontón y coincidiendo con el final de la temporada de mayor afluencia a este espacio, y no se haya empezado por la cárcava o por el mirador, es una «estrategia» para terminar las obras «deprisa, cuanto antes» y que el juzgado se vea obligado a «valorar después el coste económico del desmontaje» si se diera el caso.

Por su parte, el alcalde de Duruelo de la Sierra, Alberto Abad, prefiere mantenerse «al margen» de la polémica, aunque considera que la oposición a esta infraestructura turística corresponde a «una minoría» de la población del municipio. «De las más de 10.500 firmas que han conseguido, 117 son de gente del pueblo, algunos residentes fuera de Soria», matiza.

A su juicio, para valorar cuál es el impacto de la intervención hay que esperar a que concluya la obra, aunque no duda en mostrarse «a favor» de lo que se está desarrollando y que supondrá un «impulso» para el turismo del municipio y de la comarca. «Va a ser un ventana al exterior porque formará parte de la red de miradores de la Junta. La repercusión va a ser muy positiva. Ya tenemos otros ejemplos en los Pirineos y en Picos de Europa, o aquí cerca en La Yecla. También hubo contestación cuando se intervino en la Laguna Negra y ahí están los resultados. Luego no podemos quejarnos de que en Soria no se hace nada...», reflexiona Abad.

Además, el jefe del Servicio Territorial de Medio Ambiente, José Antonio Lucas, defiende que los «cinco elementos principales» que son las pasarelas y escaleras hasta el mirador principal, para cuyo montaje en los próximos días se instalará una grúa, se revestirán de madera de pino tratada. «El objetivo es mejorar las infraestructuras de toda esta zona. Cuando se acabe el mirador de Castroviejo, habrá todo tipo de opiniones, pero las vistas serán espectaculares», estima. En cuanto a las apreciaciones sobre el hecho que el proyecto no se haya sometido a estudio de impacto ambiental, Lucas asegura que «no es necesario» ya que Castroviejo no está enclavado en un espacio protegido y no forma parte de la Red Natura. «Es un Monte de Utilidad Pública -MUP- y cuenta con el informe de Medio Ambiente», explica.

Cabe recordar que el proyecto contempla un acceso con escalera, el que se está instalando, que se elevará hasta los 11,60 metros de altura, y en este punto se ha diseñado un plataforma con escalera y banco. Otra pasarela recta, con escalera y rampa, en forma de ‘L’, ascenderá otros cuatro metros hasta el mirador principal, desde donde se podrán contemplar cadenas montañosas sin interferencias visuales.