«Sería bueno explotar más el regadío en la zona de Almazán"

S.Ledesma
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Acaba de renovar su cargo por otros cuatro años más al frente de una institución con 42 años de andadura dentro de una infraestructura que este 2023 ha cumplido medio siglo, el Canal, con afán de «seguir siendo tan eficientes como hasta ahora»

«Sería bueno explotar más el regadío en la zona de Almazán" - Foto: E.G.M Eugenio Gutiérrez Martínez

Acaba de ser reelegido como presidente de la Comunidad de Regantes de Almazán, un cargo que Sergio Muñoz afronta para los próximos cuatro años con el fin de «continuar siendo tan eficientes» como hasta ahora y «la posibilidad de explotar más el regadío» con la introducción de otros tipos de cultivo. Destaca la «necesidad de agilizar y facilitar la burocracia», y la importancia de estos profesionales para asentar población en el medio rural. 

En 2023 se han cumplido 50 años de la puesta en marcha del Canal y 42 desde la constitución de la Comunidad. ¿Cómo han evolucionado las cosas desde entonces?

Hasta ahora la evolución más grande se ha dado con la modernización y la concentración porque ha sido un cambio abismal para bien, desde luego, pese a todos los gastos que ello conlleva. Pero es una evolución muy grande en cuanto a manejo de explotaciones porque puedes trabajar mayor cantidad de hectáreas de regadío y, además, obteniendo unas producciones mejores porque puedes estar encima de ello. 

No se trata de regar como se regaba antes, 'a manta' o incluso por aspersión, pero con motores. Antes de la modernización no podías mover el volumen de hectáreas que hoy en día puedes mover ni tampoco podías aprovechar el agua como se puede hacer de esta manera. Porque al tener un motor, si es que lo tenías para regar cuatro parcelas, lo debías mover de una a otra y no sabías cuánta agua echabas. ¿Cuánta era eficiente? Pues no lo sabemos, pero el 100%, no. Y ahora riegas con menos cantidad de agua, que es lo que la planta prácticamente necesita, aunque riegues muchos más días.

Porque el riego automatizado influye en una producción más eficiente y más sostenible en tiempos de escasez de agua...

Sí. Eso está claro:somos mucho más eficientes y, por lo tanto, somos mucho más sostenibles.

Es una práctica acorde a los tiempos en los que la eficiencia y el cuidado del planeta van de la mano...

Sí, porque parece que hay que vender mucho el tema de la sostenibilidad y en ello estamos. De todas formas, no lo hacemos solamente por imagen, sino porque creemos en ello y consideramos que debe ser así.

En estos tiempos el agua no es algo que tengamos al alcance para derrochar. Es un bien cada vez más escaso. Por mucho que veamos que este año el pantano [de la Cuerda del Pozo] se ha recuperado en un mes no debemos malgastarla porque no todos los años son iguales y sabemos que hay zonas en las que lo están pasando auténticamente mal. 

Este año han sorteado la sequía y la situación hídrica parece mejor...

Pues sí. Estamos en un sitio en el que rara vez podemos tener problemas graves de suministro de agua porque en la cabecera del Duero tenemos unas circunstancias climáticas especiales. Es una zona en la que las precipitaciones son un poco más altas, el pantano enseguida recupera más que en otras zonas y hemos ido capeando el temporal. 

En 2017, que fue un año problemático en algunas zonas, ya nosotros andábamos justos, pero conseguimos salvar la campaña. Este año también ha habido zonas afectadas, sobre todo en la cuenca del Pisuerga, en Palencia, se han dado bastantes problemas de restricciones, pero nosotros no las hemos tenido. Bueno, nos bajaron un poco la dotación.

¿A cuánto se la rebajaron? ¿Fue suficiente para regar?

Nos la rebajaron a 5.000 metros cúbicos por hectárea, pero suficiente para poder sacar adelante nuestros cultivos sin ningún tipo de problema. Aunque es verdad que hay cultivos a los que no llegas, pero a otros les sobra. Si en una explotación tienes un poco de todo, lo combinas y al final puedes sacarlo adelante. 

Acaba de ser reelegido como presidente. ¿Qué prioridades se ha planteado para esta nueva etapa?

La primera de todas es seguir funcionando como lo hemos venido haciendo hasta ahora:que en la Comunidad de Regantes de Almazán continuemos con un funcionamiento tan eficiente. Otra de las prioridades sería la posibilidad de que se diesen más cultivos de regadío como tal y se explotase más el regadío.

En varias ocasiones ha hablado de apostar por otro tipo de cultivos alternativos a los herbáceos o al girasol, más habituales en la comarca, para obtener un mayor rendimiento y margen de beneficio. ¿Sigue con esa apuesta? ¿Puede retraer la inversión que debe hacerse?

Quizá el desembolso no retrae porque no son cultivos en los que haya que hacer grandes inversiones. Hablo, por ejemplo, de los cultivos que se han trabajado para las congeladoras. Las propias empresas te ponen la maquinaria de siembra y el agricultor lo que debe hacer es trabajar la tierra, regar y tratar. Y, actualmente, en casa de cualquier agricultor hay un equipo para hacer tratamiento. 

Sí es verdad que se trata de cultivos en los que hay que estar muy encima más continuamente. Como se suele decir, no se puede fallar un día porque son muy sensibles a que haya algún problema con una mala hierba y te arriegas a meterla en la producción.  Y eso no puede ser. 

¿De qué tipo de cultivos alternativos estaríamos hablando para poder introducir en la zona?

Ahora está en auge la remolacha azucarera. Llevamos dos años con ella recuperando unos precios que debería haber tenido antes. Son muy competitivos. Este año en la zona del canal de Almazán ha habido un incremento. No es considerable para las 5.000 hectáreas que tenemos, pero ha sido bastante. Si el año anterior había 80 hectáreas ya habremos pasado a 300.

¿Piensan que el futuro se encuentra en esos cultivos?

Eso es. Sería bueno apostar por cultivos que al final den una rentabilidad que nos haga también poder pagar esta inversión. Porque este año sí podemos decir que hemos tenido un buen año en cuanto al agua, que ha sido una campaña con la cual podemos estar contentos. Ha bajado un poco el precio de la energía, pero resulta que con el tema de los intereses la cuota se nos ha disparado.

¿Dónde se destina la producción del canal de regantes? ¿Con qué firmas trabajan?

Hay un poco de todo. Por empezar con la remolacha, a la que acabo de referirme, una parte de la producción va destinada a Azucarera (lo que anteriormente era Ebro Agrícolas). Tienen en varios puntos, pero lo que va de aquí lo recogen para transformar en Miranda de Ebro (Burgos). Otra parte de la remolacha va destinada a Acor [en Olmedo, Valladolid], de los que somos socios. 

Los cultivos para las congeladoras van a Gelagri, que están en Navarra. En la zona también producimos patata, pero cada uno tiene sus contratos o se está en el mercado libre, así que cada uno vende por un lado. Se vende a montones. También hay zanahoria, que habitualmente se vende a un almacén de Logroño (La Rioja). Pero también todo depende un poco circunstancialmente de cómo esté el mercado. 

Es importante también el asentamiento de industria, como en otras zonas de regantes. ¿Hay alguna expectativa de atracción de empresas a la zona del canal de Almazán?

Hasta ahora siempre se oyen campanas de que hay interés por parte de alguna, pero en realidad nadie da el paso. 

¿Qué hay de la planta transformadora? ¿Hay posibilidad de retomar el proyecto a través de inversores o por  parte de los propios regantes?

Eso sigue todo parado. Es algo difícil. Además, cuando estábamos un poco con la iniciativa fue justo el momento del covid. Así que todo se puso mucho más cuesta arriba para todos y al final se quedó todo estancado. Sí que hay gente de algunos sitios que  intenta empujar a ver si se da el paso, pero no es fácil. 

También es verdad que para los que nos dedicamos a la agricultura no es algo que dominemos ponernos a transformar. Además, el dicho dice 'zapatero a tus zapatos'.  Aquí de lo que tratamos todos es de obtener rendimiento. Entonces, si tuviéramos que transformar para obtener más, pues se daría el paso. Pero te tira para atrás porque las inversiones son muy fuertes y tienes que buscarte un nicho de mercado. Y para eso tampoco estamos preparados. Pero es cuestión de valorarlo. 

Hablando de valorar, hay algo innegable que es que si el campo no produce la ciudad no come. ¿Sienten que hay apoyo social e institucional?

Pues yo, lamentablemente, y me cuesta mucho decirlo, nunca he visto esa valoración. Al revés, todo lo contrario. Yo siempre digo que hay que dignificar nuestro sector. Considero que tenemos una mala imagen por otros. A veces, en algunos medios de comunicación se dice que estamos echando al campo lo que queremos. La gente, que se suele tomar todo a la ligera, cree que hacemos y que echamos lo que nos da la gana. Y no es así. Nuestros productos tienen todos una trazabilidad, y si no la tenemos es que no podemos salir al mercado con ellos. 

Otro aspecto que me gustaría tratar es el tema del agua, aunque ya hemos dicho que somos cada vez más eficientes y sostenibles. En el sector regadío también me gustaría decir que sí, claro que consumimos agua, la gastamos y la pagamos como la pagamos en cualquier casa. Pero además ese agua va para producir alimentos que van a los lineales de los supermercados. Damos de comer a todo el mundo. El agricultor gasta mucha agua, sí, pero la pagamos, que no nos la regala nadie. 

Y en cuanto al tema burocrático..., [suspiro] nos está machacando. Porque yo entiendo que en todos los sectores hay que cumplir con la burocracia administrativa, pero en el nuestro es algo exagerado. Cada vez nos ponen más trabas, como ahora mismo con lo del cuaderno digital... Y no sé a qué lleva tanto obstáculo porque si a los jóvenes, no es que nos tire para atrás, pero nos resulta complicado, ves que tanta traba para la gente mayor es algo imposible. Pero nos tendremos que ir adecuando a cada momento y vivir con ello. 

Usted es un ejemplo de relevo generacional, de modernidad. ¿Qué mensaje optimista lanza a otros en su situación o a los jóvenes que quieren incorporarse al campo?

Qué más me gustaría a mí que se produjera el relevo generacional y que después permaneciera.  Pero es un sector al cual es muy difícil incorporarse si no vienes de una familia de campo. En la actualidad cuesta buscar tierras, pero quizá eso podría llegar a ser lo de menos. Porque al final se trata de alquilar y podrías llegar a encontrarlas. Pero el tema de la maquinaria es inviable porque tiene unos precios muy elevados. Esa cuestión es tremenda. 

Quizá habría que hacer ver la importancia de la agricultura para la economía global, pues es alimentación, además de que sus profesionales también contribuyen a fijar población en zonas deshabitadas, una triste realidad en la provincia de Soria... 

Sí, también es otro factor que hay que tener en cuenta. El otro día estuve en una reunión en Acor y en una mesa de debate habló un chaval de una zona de Ávila, más o menos de mi edad, y decía que gracias a la modernización del regadío de su zona, en su pueblo había unos cuantos chavales jóvenes viviendo. Yque si no hubiese sido por eso, por la modernización del regadío, seguramente no habría ninguno de los que habían decidido quedarse allí a trabajar. 

Entonces, está claro que el regadío es algo que puede ayudar a fijar población, no sólo porque lo crea yo, sino porque con estos ejemplos se demuestra. Con toda la evolución de la modernización al campo se le da un valor añadido. Así que si aquí se producen una serie de cultivos pueden generar mano de obra que puede quedarse. Al final todo es una cadena. 

Cada vez se trabaja más para tener cultivos más resistentes a las nuevas condiciones climáticas, para promover nuevas formas de gestión eficiente y rentable, además de novedosas estrategias de mercado. ¿Es importante seguir formándose para llegar a los objetivos de rendimiento?

Por su puesto. Es que no te puedes quedar atrás. Y como dices, más cómo se está vendiendo el tema de la sostenibilidad y todo lo que gira alrededor. 

¿También sería necesario algo de apoyo administrativo en materia formativa, además de agilización y facilidad burocrática?

Desde luego es importante que desde atrás no se nos pongan tantos palos en las ruedas. También hay que tener ganas e ir para adelante. Porque nadie va a venir a darnos aquí las cosas masticadas. Si tú no apuestas por lo tuyo es difícil.

También estamos en una zona en la que los agricultores tienen una determinada edad y les cuesta meterse ahora en cultivos en los que tienen que estar mucho más encima, pero todo es entendible y respetable porque cada uno tenemos nuestras circunstancias.