Ante cualquier huelga, las negociaciones sobre qué servicios mínimos se ofrecen a la población generan muchos dolores de cabeza a quienes los planifican. Sucede lo mismo en el caso de los 'gigantes' a los que les 'obligan' a disputar una jornada de Liga entre dos partidos brutales de la Copa de Europa, sobre todo cuando el campeonato está visto para sentencia. ¿Hasta dónde ofrecer? ¿Cuánto esforzarse? ¿Qué titulares reservar? A veces sale rana y los rivales lo saben: Mallorca (oponente del Madrid) y Cádiz (el del Barça) intentaron plantear un partido de pierna dura. Y casi lo consiguen. Pero 'casi conseguirlo' es el consuelo de los modestos: cuando llega 'esa parte del curso', los 'gigantes' te ganan incluso de servicios mínimos.
Un muro
Defensivamente, el Real Madrid es una roca. Ofensivamente, el City es un ciclón. El 3-3 de la ida habla del increíble poderío de ambos. Pero como estas páginas tratan de LaLiga y no de la Champions, el dato que certifica el primer comentario es que, a estas alturas de competición, solo ha habido un Madrid tan eficaz atrás (el de la 87/88, con 20 goles encajados en la 31ª jornada) como el actual. Buyo, Chendo, Camacho, Sanchís y Tendillo cerraban la puerta de aquel equipo de Beenhakker. Teniendo en cuenta que Courtois, Alaba y Militao han estado rotos toda la temporada, la cifra es más que asombrosa.
A cero
Como estaba 'de mínimos' y esto va 'de defensas', el Barcelona fue a Cádiz a intentar prolongar ese momento de la campaña en el que (por fin) se siente grande y casi intocable. Ha encontrado «el equilibrio», una sensación difícil de describir con la que ganó la última Liga y con la que fue capaz de resistir en París hasta sentar las bases de la remontada y el triunfo. Un gol solitario, de un Joao Félix que ya lleva 10 dianas (su récord en una Liga) y Ter Stegen llevando su imbatibilidad hasta los 583 minutos. A ver si la irrupción de Cubarsí es algo más que un capricho pasajero…