Fría acogida al bono cultural en Soria

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Los jóvenes sorianos reciben confrialdad el anuncio del Gobierno de que recibirán 400 euros para gastar en cultura a los 18 años

Fría acogida al bono cultural en Soria - Foto: Mockups Design

Una gran oportunidad para disfrutar de la cultura, para hacer nuevos públicos entre los más jóvenes o una medida con aroma a electoralismo y francamente «innecesaria»… Las opiniones son dispares en torno al bono cultural de 400 euros que recibirán a partir del año que viene los chavales que cumplan su mayoría de edad. Su inclusión en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2022 fue anunciada por el Gobierno de España la semana pasada y para algunos de los cerca de 712 sorianos susceptibles de beneficiarse en 2022 de esta medida, aun reconociendo lo interesante de la propuesta, no resulta del todo apropiada en el contexto actual «cuando realmente hay gente que ha perdido su trabajo por la pandemia» y que lo está pasando mal económicamente, apunta Sara, estudiante de segundo de Bachillerato en el Instituto Antonio Machado. 

Como reconoce otro joven soriano, Josema, todo tiene su «cara B» y esta iniciativa no está exenta de ello: puede ayudar a impulsar «el sector cultural que se ha visto afectado» duramente por el coronavirus COVID-19, pero parece perseguir, en su opinión, «claramente», un rendimiento político, pues va dirigida a un colectivo que, con la mayoría de edad, pasará a engrosar próximamente las listas de votantes electorales. Máxime, agrega Josema, cuando también se anuncian medidas complementarias como el bono de alquiler de 250 euros mensuales para jóvenes de entre 18 y 35 años que perciban rentas por debajo de los 23.750 euros. 

Los 400 euros disponibles para gastar en productos culturales (libros, cómics, música, videojuegos...), espectáculos (teatro, música, cine, danza…) o eventos (museos, exposiciones...) a partir del año próximo, y que se calcula que beneficiarán a alrededor de medio millón de jóvenes españoles, tienen su antecedente en experiencias similares puestas en marcha en países como Italia (allí el 'cheque cultural' alcanza los 500 euros) o Francia, incluso en Ayuntamientos españoles como el de Barcelona o el de Madrid, cuyo JOBO, como se llama al bono en la capital de España, para el disfrute de seis espectáculos en recintos culturales municipales, creado por la Corporación de Manuela Carmena en 2017, se ha perpetuado con éxito también en esta nueva legislatura. 

Y, precisamente, aprovechando el camino ya recorrido por otros Consistorios y el impulso que el bono cultural de ámbito nacional puede ofrecer a mayores, el Ayuntamiento de Soria también ha decidido sumarse a la iniciativa con 40 euros adicionales. Aunque, en este caso, subraya el concejal de Cultura Ciudadana en el Consistorio de la capital, Jesús Bárez, se está estudiando en qué manera se puede llegar a un colectivo de jóvenes más amplio. «Queremos ir un poco más allá, que llegue hasta los 30», apunta.

40 euros adicionalesIR MÁS ALLÁ EN SORIA

La suma adicional aportada por el Consistorio soriano será, eso sí, una cantidad que sus beneficiarios sólo podrán gastar en la capital soriana, «en librerías o tiendas de discos» y en espectáculos o eventos culturales que tengan lugar en la localidad en un intento por apoyar también al sector de la cultura local. No oculta Bárez que el fondo de este bono extra del Consistorio es, como diría el maestro Odón Alonso, completamente egoísta: hacer (captar) público joven. 

En la actualidad, hay una franja de edad claramente mayoritaria en los espectáculos culturales sorianos: «La de 45 a 60 años», un perfil, sostiene el edil, «más bien maduro» y preocupante. Garantizar la renovación generacional de los espectadores sorianos en el futuro y atraer nuevos públicos es, en el fondo, lo que se persigue con esta iniciativa, aunque para jóvenes como Sara la propuesta municipal resulta «ridícula» e incluso irónica «cuando no se ha organizado ni un concierto en San Saturio», ni siquiera una verbena, opina categórica.

El joven es un público difícil de atraer, insiste Bárez, aunque la Concejalía de Cultura, y en colaboración con la Dirección Provincial de Educación y distintos centros educativos, lleva bastantes años poniendo en marcha programas que tratan de romper barreras y demostrar que las artes escénicas y la cultural en general no tienen por qué resultar aburridas. La programación de espectáculos hechos por jóvenes y para jóvenes, como La Joven Compañía, asidua ya todos los años a las propuestas del Palacio de la Audiencia, y una especial apuesta por la danza, una disciplina que, insiste Bárez, puede sintonizar con los más jóvenes, son algunas de las medidas en las que siguen insistiendo. desde la Concejalía. El problema, insiste la gestora cultural y responsable de Creando por Soria, Eva Caballero, es que la franja de edad entre los 18 y los 28 años de edad «no va», en general, al teatro. 

Aunque no le parece mal la iniciativa, «ojalá hubiera tenido yo el bono cultural en su día», comenta entusiasmada, cree que si el objetivo es captar público entre este colectivo, tal vez serían más eficaces otras medidas que incidan en enseñar y hacer descubrir las artes escénicas «desde la base», en el aula. Tal vez, considera, sería más eficiente «llevar la cultura a las aulas a través de una asignatura de creatividad o de artes escénicas» que despierte en los más jóvenes el interés por ésta.

Sara, alumna del Instituto Antonio Machado, se muestra realista y opina que las opciones de poder gastar ese bono cultural en Soria serán muy restringidas. Al contrario que en otras grandes ciudades como Madrid, «donde realmente la gente tiene acceso a grandes conciertos» y espectáculos más atrayentes. En su caso cree que ese dinero estaría mejor empleado en formación, en cursos, en material escolar o incluso «en el pago de matrícula de la universidad, aunque sea una mínima ayuda», añade. 

GASTO SUPERFLUO«SI ME LOS DAN, LOS GASTARÉ»

Como ella, son muchos los alumnos de Secundaria que opinan que este bono cultural es un gasto superfluo en estos momentos en los que la coyuntura económica, agravada por la pandemia de COVID-19 y situaciones tan dramáticas como las que está viviendo, por ejemplo, la población de la isla de La Palma con la erupción del volcán Cumbre Vieja. «Es un dinero que no hay y que en un futuro podemos necesitar», insiste Lucía, alumna del Instituto Castilla. Aún le quedan tres años para poder disfrutar de este bono cultural y, aunque asegura que no suele « ir a esos sitios», reflexiona en alusión a espectáculos de teatro o sesiones de cine, cuando llegue el momento, «si me los dan, me gastaré» los 400 euros en cultura. A su lado, Raúl, también de 15 años, cree que se debería vigilar que esos 400 euros no se derrochen, y se muestra preocupado por la posibilidad de que algunos puedan emplearlo en productos culturales violentos, como algunos videojuegos.

En este sentido, Josema, que cumplirá el año próximo 18 años, puntualiza que tal vez también «habría que estipular en qué sectores de la cultura» se podría emplear el bono más allá de la polémica de la tauromaquia, excluida finalmente de esta iniciativa, para que el beneficio repercuta a la industria cultural española, no en multinacionales como Sony, insiste. Pero en su caso, como músico, tiene ya claro en qué va a gastar los 400 euros que recibirá el año próximo. 

un buen uso«BUENOS LECTORES»

Desde la librería Las Heras, César Millán se muestra optimista en cuanto a que los jóvenes hagan un buen uso al bono. «Todos a esa edad hemos tenido poco dinero» para gastarlo en cosas culturales, recuerda, así que celebra la medida. «Creo que sí puede repercutir de forma positiva», estima. En Francia, los primeros estudios determinaron que el 80% de los bonos culturales se emplearon en la compra de libros «y, de este porcentaje, un 95% en cómic manga», destaca César Millán. Pero, más allá de las preferencias, el librero 'rompe una lanza' en favor de la juventud, por lo menos en el área que le compete: «Entre los 15 y los 20 años hay buenos lectores, chicos que, cuando no pueden comprar, viene a hojear novedades», apunta. Es un fenómeno que, añade, comenzó a observarse antes de la pandemia y que demuestra que la cultura tiene también su arraigo en esta franja de edad. Para los que no son tan lectores, incluso tener acceso a un cómic puede ser una oportunidad para «engancharse al mundo de los libros», señala Millán.

generación audiovisualPÚBLICO MUY ESPECÍFICO

Aun desconociendo cuáles serán los requisitos para hacer uso de estos bonos, en los cines Lara se opta por la voluntariedad, que puedan gastarlos en lo que quieran. «A día de hoy no veo a muchos jóvenes interesados en ver 'Maixabel', de Icíar Bollaín; tampoco 'Madres paralelas' de Almodóvar, que  muchos no saben ni quién es», apunta la gerente de los cines Lara, Mercedes Silva. La que muchas veces ha sido definida como la cultura plenamente audiovisual es, en realidad, apunta, un público muy selectivo. «Ven sólo lo que les apetece, los 'blockbuster', los Marvel, y en el momento. La primera semana del estreno vienen todos como locos para evitar los 'spoilers'», comenta con sentido del humor. 

Silva también aboga por fomentar en la escuela, a través de asignaturas de cultura cinematográfica, al estilo de lo que ya se hace en Francia, y, sobre todo en el ámbito familiar ese gusto permanente por el séptimo arte. «Los críos de pequeños todos quieren venir al cine cuando los traen sus padres y si se les sigue dando esa opción de seguir amándolo, mantienen la afición», explica la gerente de los Lara. Predecir cuál será la acogida de esta iniciativa, recalca Silva, es arriesgado, pero tiene clara una cosa: «Si los jóvenes no tienen ganas de venir al cine, no lo harán», añade. 

Para Rubén, de 15 años, el bono podría ser una buena oportunidad para conocer museos cuyos precios a veces no son demasiado accesibles, apunta. «La sociedad actual es bastante inculta», insiste, y no vendrá mal tratar de paliarla. De ahí que vea en esta iniciativa una buena oportunidad, aunque, insiste, quizá el bono de alquiler joven sea más necesario. «¿O no será mejor utilizarlo para desarrollar la ciencia?», se pregunta Raúl, de 15 años.