Ignacio Fernández

Ignacio Fernández

Periodista


Andalucía

16/06/2022

Este domingo se celebran elecciones autonómicas en Andalucía y, al margen de las encuestas y de la campaña, de las que les supongo al tanto, me centraré en la comparanza entre nuestra Comunidad y aquélla, dos regiones que andamos en lides electivas este año. Quisiera advertirles sobre la oportunidad perdida que sería limitarnos parangonar a Moreno con Mañueco estableciendo un paralelismo entre los resultados de ambos y sus correlaciones. Eso incumbe al PP y a Vox y solo a ellos les afecta y les concierne. Y sólo a ellos les renta.
A nosotros debe importarnos mirar a Andalucía. Castilla y León no tiene nada que envidiar a ninguna comunidad porque tenemos una superioridad que nos ha caracterizado durante nuestra historia: la de analizar bien. Y si aplicamos esa cualidad nos daremos cuenta que este no es el mejor momento de nuestra historia y sí puede serlo en regiones como la andaluza, mucho más pobladas, con mucha menor dispersión territorial, dotadas de unas condiciones naturales propicias y con una menor presencia en su economía de sectores que, como el carbón, se han llevado por delante una provincia y media de las nuestras.
Ahora que le toca a Andalucía, aprendamos un poco del Sur, que está sabiendo pasar del subsidio a la contribución, de una cierta postración fruto de años en blanco y negro a un orgullo de pertenencia, un no sé que de pujanza, que está dando lugar a enclaves como Málaga, de facto ya el «silicon valley» peninsular o el renacimiento interior de las otroras malogradas Almería o Cádiz.
Más allá de unas elecciones y de unos partidos, más allá de un «cliché», por encima de cortoplacismos empecinados, miremos a Andalucía como una pauta. Como cuando nos trajimos de Sevilla a San Isidoro para León. Pues eso.