Crece el control sobre los corrales domésticos

Ana Pilar Latorre
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Ante algún cambio en la situación epidemiológica, las actuaciones serían «más efectivas y rápidas»

Crece el control sobre los corrales domésticos - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

En muchas casas de Soria sigue habiendo corrales domésticos para el autoconsumo, sobre todo de huevos, pero ahora deben adaptarse a la nueva normativa para contener la gripe aviar. Unos realizan mejoras en las instalaciones para realizar el someterlas al control de las administraciones y realizar el registro formal, mientras que otros desisten por las exigencias.  Desde el Servicio Territorial de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León en Soria aclaran que «la ordenación de la actividad de cría de aves en pos de una mayor protección frente a la gripe aviar obliga al censado de las explotaciones domésticas». En el servicio tienen pendientes de resolver 85 expedientes «y siguen llegando». Desde finales de 2021 al 20 de abril de 2022 se ha pasado de 104 explotaciones censadas a 189, de 241 pollos a 633 y de 1.217 gallinas a 2.090. 

Desde la Junta insisten en que la gripe aviar «es una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta a aves y que puede tener incidencia en la salud humana». «Esta zoonosis ha estado de actualidad en el invierno pasado al haberse detectado diversos focos en explotaciones de Castilla y León y de otras regiones de España», añaden. La mejora de las condiciones climáticas y las medidas puestas en marcha por la administración «han logrado una remisión de la afección y la salida de la situación de alto riesgo», lo que no implica que no se deban extremar la medidas de bioseguridad para impedir la transmisión del virus, indican los expertos. 

Seguridad

En esta línea, la publicación en julio de 2021 del real Decreto 637/2021, de 27 de julio, que establece las normas básicas de ordenación de las granjas avícolas, ha supuesto «una actualización de la normativa que regula la actividad de la cría de aves en España». «El sector avícola es una importante fuente proteica para la alimentación humana que, gracias a un sector productor muy profesionalizado, ha conseguido hacer posible el consumo de carne y huevos de calidad con precios al alcance de todos los estratos de la población. La seguridad sanitaria de estas explotaciones es un valor a proteger», detallan.

La puesta en marcha de esta normativa ha supuesto un cambio en la clasificación de las granjas de aves, fundamentalmente de gallinas, pollos de engorde y patos. Define, entre otras categorías, las explotaciones de autoconsumo, que son las que tienen un máximo de 0,15 UGMs, es decir, hasta 30 gallinas ponedoras o 50 pollos de engorde. «Este tipo de explotaciones son  muy habituales en corrales domésticos y están perfectamente amparados por la normativa. Son explotaciones que, en ningún caso, pueden comercializar sus productos y sirven para el consumo directo por parte de sus titulares», especifican.

Para las explotaciones de autoconsumo este real decreto establece unos requisitos «muy reducidos» respecto a otro tipo de explotaciones. Fundamentalmente, dicta la obligación de registrar la actividad en el Registro de Explotaciones Ganaderas (REGA), de tener emplazamiento para los animales que cumplan las condiciones de bienestar animal y hacer una declaración censal anual. Esta tramitación se realiza gratuitamente en las unidades veterinarias de la Junta en toda la provincia y «sirve como herramienta imprescindible para conseguir una identificación de las ubicaciones de las aves». «De este modo, ante cualquier cambio en la situación epidemiológica, la actuación de la administración sería mucho más efectiva y rápida», insisten. 

Igualmente, apuntan que «este trámite, que puede originar incomodidad a los amantes de la cría de las aves, es un requisito obligado para poder adquirir los animales en los puntos autorizados para la venta de pollitos y su posterior transporte a los corrales domésticos».