Saturiada, vuelve la cofradía del santero

Sonia Almoguera
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Comenzó en 2010 a iniciativa de José María Martínez Laseca y hoy se ha convertido en un colorido evento que congrega a entusiastas de 'El santero de San Saturio' de Gaya Nuño

Saturiada, vuelve la cofradía del santero - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

Si Dublín tiene su Bloomsday en torno a su obra más inmortal, el Ulises de James Joyce, y Madrid su Noche de Max Estrella, al hilo de la no menos célebre Luces de Bohemia de Ramón María del Valle-Inclán, Soria no se queda atrás. Su Saturiada, la ruta literaria que sigue los pasos de El santero de San Saturio de Juan Antonio Gaya Nuño cada 23 de abril, cumple este año 10 años de celebración y lo hace regresando a la 'normalidad' prepandémica, recuperando la participación presencial de esta fiesta cultural que el profesor José María Martínez Laseca ideó en 2010 a semejanza de sus 'hermanas' dublinesa y madrileña. En la primera parada de este itinerario, la ermita de San Saturio, volverán a resonar por fin sus conocidas primeras líneas: «Llegué a Soria en octubre, el mes del santo y del otoño, el mes que separa la estación veraniega de los tremendos, largos, aburridos días de invierno...». 

El libro que Gaya Nuño escribió, como él mismo aseguraba, «con rabiosa espontaneidad» y con todo el afecto «a una ciudad en la que viví toda mi niñez y toda mi juventud», tras tres lustros «sin aparecer por Soria», es para Martínez Laseca una obra que retrata «la esencia» de la ciudad y la excusa perfecta para celebrar una procesión pagana con gente que ama la literatura, pero también la propia capital soriana, sus gentes, su historia, tradiciones y lugares más emblemáticos. 

En El santero de San Saturio, Juan Antonio Gaya Nuño «está repasando lo que era la Soria de la II República y nos retrata tal como éramos los sorianos en aquellos momentos y, en gran medida, cómo somos ahora», apunta Martínez Laseca, hermano mayor de la Cofradía el Santero que organiza este festivo evento. 

La Saturiada, señala Jesús Bárez, concejal de Cultura en el Ayuntamiento de Soria, entidad auspiciadora de esta celebración, «va teniendo una acogida mayor cada año». Pero a Martínez Laseca no le sorprende en absoluto. Tampoco que, desde su inicio, se hayan sumado a esta peregrinación literaria destacados personajes de la cultura soriana como los añorados Juan José Peracho, Pepe Sanz, así como Andrés Martín o César Ibáñez, entre otros. «No hemos hecho excesivo gasto en publicidad porque somos humildes como el santero», afirma con sentido del humor Martínez Laseca, «pero hemos tenido siempre una serie de personas que hacen seguimiento de toda la ruta». 

Algunos ataviados con el sencillo hábito que vestía tradicionalmente el santero de San Saturio, otros portando paraguas decorados para la ocasión. Encabezando el cortejo: la urna petitoria de limosnas, una réplica exacta de la original que se encuentra en la ermita, que realizó con cariño hace unos años el Centro Integrado de Formación Profesional Pico Frentes. Para el creador de esta iniciativa, la Saturiada «tiene un encanto especial» gracias a la música y por ese singular 'vía crucis' literario en torno a un personaje, mitad nostalgia, mitad mirada crítica, que regresa a Soria cargado de obras de Santa Teresa, Marcel Proust, Baroja y Dostoievsky tras leer el siguiente anuncio publicado en prensa: «Se halla vacante la plaza de santero de San Saturio, en la ciudad de Soria, con el haber anual de 800 pesetas, cinco fanegas de trigo y tres medidas de cebada. Para tratar, con el señor Alcalde de Barrio». 

«ponerse el hábito». Para el librero y miembro de la Hermandad del Santero, César Millán, la Saturiada es mucho más que «ponerse el hábito». Es vivir por unas horas la emblemática obra de Juan Antonio Gaya Nuño haciendo algo tan rompedor hoy día como es «leer en público». Al igual que en El flautista de Hamelín, la singularidad de esta celebración va  atrayendo y captando progresivamente a muchos espontáneos en torno a sus 14 paradas literarias, de San Saturio al Museo Numantino, el Instituto Antonio Machado, la plaza de toros o el Casino Círculo Amistad Numancia. En muchas ocasiones, destaca José María Martínez Laseca, rebasan ampliamente el centenar de seguidores. Pero siendo este año el décimo aniversario «nos gustaría que la afluencia fuera masiva y que realmente tengamos problemas para andar por la calle», agrega Jesús Bárez. 

También porque al homenaje a Juan Antonio Gaya Nuño y a su obra literaria más conocida se une también una manera distinta y original de celebrar el Día del Libro, «que en Soria pasaba desapercibido» anteriormente, subraya César Millán. Ese carácter festivo y de participación del público se refuerza, además, a través de los responsos y otros textos que los asistentes pueden corear tras cada lectura. «No es una celebración jocosa, pero nos lo pasamos muy bien», confiesa Millán, que muchos años después de haber leído por primera vez El santero de San Saturio sigue fascinado por su prosa magistral, certera, amena y llena de ironía. «Lo más difícil es escribir sencillo», insiste alabando el estilo de Gaya Nuño, un narrador que sería en la actualidad un autor muy disputado por las editoriales. No tiene dudas.

Y, de hecho, actualmente también levanta pasiones entre los lectores. La última edición de El santero de San Saturio, editada por el Ayuntamiento de Soria, lleva ya seis años agotada, pero todavía son numerosas las personas que periódicamente se pasan por la librería Las Heras para intentar hacerse con un ejemplar. «Es uno de los libros más buscados. Esta Semana Santa han pasado por aquí entre 15 y 20 personas preguntando por él», confiesa César Millán. Y no sólo sorianos. Desde que El arcón, el programa que presenta Javier Pérez Andrés en La 7 Castilla y León, dedicara este mes de abril un especial a Juan Antonio Gaya Nuño y El santero, en Las Heras no paran de recibir llamadas interesándose por el libro desde provincias como Salamanca o Zamora, entre otras. 

nostalgia... y crítica. Urge, en opinión de César Millán, sacar una nueva edición de este libro, cuyos derechos de autor tiene actualmente el Consistorio soriano. El concejal de Cultura, Jesús Bárez, está totalmente de acuerdo y, de hecho, avanza que ya se trabaja en una nueva tirada (de entre 1.500 y 2.000 ejemplares) que estará lista para la próxima Feria del Libro EXpoesía, en agosto. Para César Millán esa Soria que hasta ahora renegaba de El santero también se ha visto por fin conquistada por sus encantos. «Creo que empezamos a superar lo que supone este libro», apunta el librero, por encima de «chovinismos». Porque al margen del cariño que impregna esta obra, también hay que asumir en él mucha crítica social a Soria, a la de entonces, pero claramente extrapolable a la actual, destaca. No en vano El santero de San Saturio fue vilipendiado en su día desde los sectores provinciales más rancios de la sociedad. «Su autor se dice soriano. Para mí es muy discutible la filiación de un hombre que quiere honrarse a sí mismo deshonrando a su madre», alegó el obispo Rubio-Montiel, el más encarnizado opositor que encontró esta obra tras su publicación en 1953. 

Leerlo a escondidas o públicamente ha tenido, eso sí, el mismo efecto: la creación de auténticos fans de este santero transgresor que a la cabecera de su cama tenía una estampita de San Saturio y, a los lados: El Guernica de Picasso y La amistad de las bestias de Paul Klee.