Diego Izco

TIEMPO MUERTO

Diego Izco

Periodista especializado en información deportiva


La intensidad

20/09/2019

En pretemporada, cuando el Atlético de Madrid le hizo siete goles al Real Madrid, un episodio ruinoso para los blancos, los habituales buscadores de excusas pusieron un quintal de paños calientes sobre el 3-7, todos ellos cosidos con la misma leyenda:«Es pretemporada: a ver qué sucede cuando empiecen los partidos de verdad», o algo así. Otros, bailando en la misma cuerda (floja), insinuaban con retranca algo como «fíjate qué pobres ellos y qué sobrados nosotros, que tienen que emplearse así en plena pretemporada para decir que nos han ganado» y volvían a citarse en temporada para dirimir quién es el mejor, demonios, que es un amistoso... 
En París vivimos un partido en el que un equipo parecía seguir en pleno verano y el otro sí era consciente de que la Liga de Campeones acababa de empezar. Un grupo sin respuestas y otro con un plan bien trazado. Uno holgazán y otro terriblemente intenso, igual que aquel día ante el ‘Atleti’, igual que aquel otro ante el Ajax, ante el Barça, ante el CSKA, con Lopetegui, con Solari, con Zidane... 
La falta de intensidad se ha convertido en una de las señas de los blancos, cuando la Historia dice que ha ganado Copas de Europa precisamente por todo lo contrario:otros podían ser mejores o jugar mucho más, incluso en el transcurso del partido durante 80-85 minutos. Pero el Madrid era tan intenso, tan competitivo, que en cinco minutos (dos en la primera mitad, tres en la segunda) podía sentenciar una maldita eliminatoria. Tal vez para eso necesites jugadores o técnicos capaces de inyectar esa dosis medida de rabia en tipos a los que la calidad se les presupone. ¿Los tiene este vestuario?Que el nombre de Mourinho aparezca detrás de cada fiasco es un claro síntoma de descomposición. -

Saber quién salía victorioso de los dos grandes duelos del estreno de la Champions (Atlético-Juventus y PSG-Madrid) iba a coronar al mejor equipo de la primera jornada... y éste fue el Paris Saint-Germain precisamente por ser un equipo. Haciendo virtud de la necesidad, pues le faltaban sus tres máximas figuras (Mbappé, Neymar y Cavani), la intensidad de todas las piezas de Tuchel fue insuperable para el Real Madrid.