Cuadrilla Santa catalina: Aupados por el cariño vecinal

Sonia Almoguera
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En cuatro días, gracias al trabajo en equipo, tuvieron todo listo en la Cuadrilla

Cuadrilla Santa catalina: Aupados por el cariño vecinal - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

El lunes 25 de abril Justo Aldea Martínez se despertó a eso de las cinco de la madrugada. No podía dormir y, como tenía tiempo para «darle vueltas al tarro», comenzó a hacer una lista mental de los pros y contras de ser jurado de la Cuadrilla de Santa Catalina en 2022. Ganó el sí, sobre todo porque no quería que su barrio de toda la vida, donde sigue residiendo, se quedara sin fiestas. «Después me lo contó y me dijo: mira a ver y cuando vengas a comer me dices si quieres o no ser jurada», recuerda con una sonrisa María José Marco Llorente. 

Ella también se lanzó, pero necesitaban el respaldo de la familia (que, en realidad, estaba encantada) y de los amigos. Para éstos fue un poco «shock», confiesa María José. «Éramos conscientes de que les estábamos cargando de responsabilidad», apunta Justo. Les dieron un día para pensarlo y, ya entre todos, lo repensaron juntos unas horas más. El miércoles 27 de abril por la tarde, a tres días del Nombramiento y cuatro del Catapán, todos dijeron sí. Un sí rotundo, lleno de ilusión, con muchas ganas de que los vecinos disfruten de la tradición y con el convencimiento de que, tras dos años de parón por la pandemia, hay mucho anhelo y añoranza de San Juan. Quedó claro en un Catapán que les sorprendió y emocionó por el «tremendo buen rollo de la gente, especialmente de la gente joven», señala el jurado.

Santa Catalina fue la última cuadrilla en encontrar alcaldes de barrio, pero todo estuvo preparado en pocos días gracias a un entregado equipo de colaboradores compuesto por unas 60 personas en el que cada uno aporta lo que puede en función de su disponibilidad. «Ya el mismo día que dijimos sí vinimos a ver el local a ver qué había y qué se necesitaba», añade Justo. Inmediatamente comenzaron a buscar todo lo que precisaban, especialmente cámaras frigoríficas y otros enseres de los que no disponía la cuadrilla. «Lo que más nos costó cerrar fue la música», asegura María José. Todo, gracias a la organización, salió rodado. Jueves y viernes, eso sí, «no pegaron ojo». Para las botas de vino optaron por una solución rápida: imprimirlas con láser, «pero luego hubo gente que nos trajo otras» muy bonitas, comenta con agradecimiento María José. Con mucho sentido del humor aseguran que si en tres días pudieron tener todo listo, en un mes que queda para el Miércoles El Pregón «podemos hacer virguerías». Ahora que ya han avanzado en la organización interna, toca «dar una vuelta» a la decoración del local, que realizaron provisionalmente con muchos objetos sanjueros cedidos por amigos. También, conmina María José, «hay que empezar a pensar en la caldera». 

Cuentan con un gran equipo y también con la experiencia de haber estado antes en cuadrilla (Justo fue cuatro en 2015 y, previamente, cuando tenía 18 años). Pero en su condición de sanjuaneros de toda la vida, lo que más les emociona es recibir el cariño de los vecinos, un verdadero empuje para seguir adelante con tesón y determinación. «Muchísima gente del barrio ha venido para llamarnos valientes. Y yo les digo que, no, que en todo caso: inconscientes», señala Justo. «Hemos sentido también mucho agradecimiento. Hubiera sido un precedente malo que Santa Catalina se hubiera quedado sin sanjuanes», subraya María José. Aunque aún no han empezado a recorrer las casas para apuntar a los que quieren entrar en fiestas, ya cuentan con simpatizantes. «Y un señor de 90 años que vive enfrente nos ha dicho que le apuntemos ya», comenta agradecido el jurado. A muy pocas semanas para que comiencen las fiestas sueñan con vivir los sanjuanes con igual o incluso mayor ilusión. Aunque, lamenta el jurado, esta vez tendrá el corazón dividido en su día favorito, el Jueves La Saca. «No podré estar donde siempre, en la puerta de corrales», comenta. «Este año, desde otra perspectiva», apunta María José.