Bravos de Valonsadero reabre el portón

EDS
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Desde septiembre de 2019 la ganadería soriana no ha realizado ningún festejo fuera de su finca. Este año, «por fin», sus reses -que se han renovado- volverán a la calle

Bravos de Valonsadero reabre el portón - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

El camión que traslada las reses de Bravos de Valonsadero, la única explotación de ganado bovino de raza de lidia de la provincia, volverá a ponerse en marcha después de «mil días parado». Tras dos años de pandemia en los que los festejos taurinos han quedado reducidos a la mínima expresión, esta ganadería soriana ha conseguido aguantar la 'embestida' que ha supuesto esta crisis y, ahora, se prepara para una temporada «normal» como las que venía organizando antes de que estallara la covid-19.

A falta de cerrar algunas negociaciones, en estos momentos Bravos de Valonsadero tiene ya contratados «prácticamente los mismos festejos que en 2019», el último año en el que sus reses salieron a la calle para protagonizar encierros, vaquillas, capeas... A partir de ahí, «todo puede ir a mejor» y, de hecho, la «expectativa» y la «ilusión» es poder llevar sus animales a nuevas poblaciones de Soria, como Ágreda (donde se celebran sus tradicionales vaquillas), y también a pueblos fuera de la provincia. Para conseguirlo, además de mejorar su hierro en estos años haciendo selección, acaban de adquirir un lote de quince vacas de Murillo Conde, de Tauste (Zaragoza), que «ha llamado la atención» y ha despertado ya el interés de nuevos clientes, avanza la ganadera, Milagros Rodríguez, quien asumió esta aventura hace ya una década con la ayuda de su marido,Sergio Loro, aficionado a los toros. 

«El último festejo que hicimos fuera fue en septiembre de 2019. Desde entonces, no hemos arrancado el camión, mil días sin moverlo. Han sido dos años muy duros porque en 2020 y 2021 no hicimos ni un solo festejo fuera de la finca y, en casa [en su propia finca de Las Casas], solo se pudo hacer alguna capea para amigos, algún entrenamiento... pero con fuertes restricciones. Ahora hemos recuperado ya la actividad como en un año normal en la finca y, fuera, tenemos los mismos contratos prácticamente que tuvimos en 2019, y esperamos conseguir alguno más, por lo que estamos ilusionados y, por fin,  nos volvemos a sentir ganaderos», destaca Rodríguez Barranco. 

No ha sido fácil aguantar esta 'cornada' en forma de crisis económica. Las vacas comen unos 80 kilos de pienso al día, unos 800 euros mensuales solo en pienso y forraje -que no han dejado de subir en los últimos meses por el incremento de los precios del cereal y el gasoil-. Y a eso hay que sumar los gastos de la finca, de los vehículos, los seguros, el gasto veterinario... Demasiadas facturas que no han dejado de engrosar la partida de gastos mientras la de ingresos apenas se movía. «Solo hemos podido hacer en la finca algún entrenamiento y alguna capea para amigos, que nos han ayudado lo que han podido», resume la propietaria sobre las escasas entradas de capital. 

La consecuencia de esta parálisis taurina: una situación económica límite para esta joven ganadería soriana que se ha podido «aguantar» tirando «de «ahorros y de apoyo familiar». También,  «quitando animales -primero vacas y, después, machos y novillos-». Se ha hecho por «reorganizar la explotación» y «retirar animales viejos y que gustan menos» pero, también, por reducir bocas que alimentar y obtener ingresos (por la venta de la carne) en unos meses en los que no entraba nada.

Porque, advierte la ganadera, en estos largos dos años las ayudas al sector no han llegado hasta hace aproximadamente un mes, cuando la Junta de Castilla y León hizo entrega de una aportación económica a las explotaciones de ganado bravo de la Comunidad. Ha llegado «en tiempo de descuento» pero en plazo para asegurar la temporada y apuntalar el futuro, agradece. «Es la única ayuda que hemos tenido y nos ha servido de mucho porque con ese dinero hemos podido comprar los animales nuevos de Murillo Conde. Si no, no hubiéramos podido hacer ni los festejos fuera de la finca ya que hemos tenido que quitar muchos animales y no teníamos suficientes. Ahora vemos el futuro de otra manera y nos podemos mantener sin problemas», confía Rodríguez. 

sentirse «ganaderos». Con estos movimientos, Bravos de Valonsadero cuenta ahora con 60 cabezas en su finca de Las Casas, todas ellas procedencia de dos encastes, Casta Navarra y Santa Coloma. En concreto, tienen «unas 30 vacas madres, quince becerros y, el resto, novillas y demás», suficientes para afrontar la campaña con «buenas sensaciones» y, en paralelo, avanzar en la crianza.  Porque desde el nacimiento de la ganadería en 2012 y, especialmente, estos últimos dos años, Bravos de Valonsadero se ha empeñado por hacer «selección» para mejorar su hierro y buscar el animal que quieren para sus festejos taurinos, la mayoría de ellos eventos populares. «El 40% de la explotación es ya de cría propia y nuestro hierro en vacas madres será ya del 25-30%», concreta la propietaria al respecto.

Su explotación comenzó en una finca de Quintana Redonda, La Barbolla, pero desde hace ya unos años se ha trasladado íntegramente a El Ontanal, en el término municipal de Las Casas. La finca está ubicada en un paraje natural, entre  montes y tierra de labor, cerca de Valonsadero y el cerro del Bellosillo y cuenta con plaza de tientas y salones, donde este año se ha recuperado ya una intensa actividad de celebración de despedidas de solteros, capeas, vaquillas, entrenamientos... «Este año va a ser el punto de inflexión y por fin nos volvemos a sentirnos ganaderos después de dos años en los que era muy triste porque, básicamente, te dedicabas a echar de comer a los animales pero ni podías tentar, ni probar... era muy frustrante», sentencia la ganadera soriana, quien confía en que, ahora sí, Bravos de Valonsadero pueda abrir... la puerta grande.