Carmen Hernández

Carmen Hernández

Periodista


Julio

24/05/2020

Córdoba en las entrañas, más Séneca que  Abderramán, aunque le llamaran ‘El Califa Rojo’. «Todos los astros distan lo mismo de todos los hombres», palabras del filósofo romano que, a Anguita, le llevaban al «nadie es más que nadie» que Soria enseñó a Machado. Pero en la feria, entre los suyos, se le ensanchaba el alma tomando salmorejo en la caseta del PCE a 100 pesetas la ración, rebujito incluido, hecho por los de Fernan Núñez que es un pueblo donde todos eran comunistas «menos uno», bromeaba el cocinero, «pero no te preocupes, Julio, que ya sabemos quién es». Se le ensanchaba el alma pero se le cerraba ese acento cordobés tan airoso como afilado cuando contaba que compraba billetes de tercera en la ‘vagonlikú’ para ir a Madrid a las reuniones del partido y que su mujer le regaló una ‘chemilakó’ en las municipales del 79; lo que traducido, en atención a los sorianos presentes, resultaba ser una chemise Lacoste y una oficina de Wagons Lits Cook, una de las primeras agencias de viaje de Córdoba. Y eso que Julio siempre compraba sus camisas en la misma tienda de la plaza de la Corredera y las guayaberas que usaba en verano y que el mismísimo Fidel Castro le había elogiado en un reciente viaje a la Habana. Podía hacerte reír pero también sacarte los colores desde la coherencia de su conducta insobornable: «Pensar por uno mismo, eso es lo principal» y, en política, debatir con los demás, en libertad, sin prejuicios; aceptar las mejores ideas vengan de donde vengan; pactar por un buen «programa, programa, programa» nunca a cambio de cargos o prebendas y, después, llevarlo a la práctica entre todos porque cada uno es el capitán de su vida, como decía Mandela: «Quien vota a los corruptos los legitima, los justifica y es tan responsable como ellos». «Hay momentos en los que la gente debe decir basta y movilizarse». «No me da miedo el ruido del poder, me da miedo el silencio del pueblo».

Ojalá hubiéramos tenido, en Soria, a alguien así. A lo mejor, no estaríamos,  ahora, como estamos.